(El País/InfoCatólica) El proyecto de ley, presentado el pasado día 28 de marzo por la Coalición Futuro de Quebec -el partido conservador del primer ministro de la provincia francófona, François Legault-, será aprobado gracias a los 75 escaños que tiene de los 125 totales.
«Este proyecto constituye un verdadero gesto de afirmación. Se trata de inscribir por primera vez el principio de laicidad del Estado en las leyes de Quebec», ha declarado Legault.
Sin embargo, la iniciativa ha generado multitud de críticas, incluida la del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, que califica la medida de «discriminatoria» en un país y una región donde la multiculturalidad es un pilar.
De hecho, miles de personas se manifestaron el pasado domingo en Montreal, la segunda ciudad más poblada del país, para pedir que se retire la iniciativa, con pancartas en las que se podía leer «Quebec dice no a la discriminación» y «No estamos en Francia».
Con la nueva ley, jueces, policías, guardias de prisión, fiscales, directores y profesores de primaria y secundaria en escuelas públicas, entre otros funcionarios, no podrán portar velos, kipás, turbantes, crucifijos y demás símbolos religiosos en sus horas de trabajo. Sin embargo, esta disposición no se aplicará a los empleados que ya mostraban dichos símbolos antes de su entrada en vigor.
Los obispos en contra
Por su parte, el Presidente de la Conferencia Episcopal de de Quebec, Mons. Noel Simard, denunció que la provincia de Quebec cometería un error si aprueba la ley. Para el prelado, la norma está fundada en un sentido equivocado de la neutralidad estatal: «Esa neutralidad no debe restringir los derechos fundamentales de los individuos y de las comunidades de expresar sus convicciones espirituales y religiosas»