(Gaudium Press) Un misionero en Mozambique, el P. Claudio Zuccala, describió la grave situación vivida en el país tras el paso del ciclón Idai, que ha causado graves destrozos en Madagascar, Malaui, Zimbabue y Mozambique, especialmente en la ciudad de Beira. Las cifras oficiales afirman el fallecimiento de al menos 958 personas y la existencia de una grave crisis humanitaria.
«Los primeros centros de acogida para personas sin hogar dan hospitalidad a 110.000 personas. Se estima que en los 3 países hay más de 800 víctimas, pero se teme que el número de muertes pueda aumentar», relató el sacerdote el pasado 01 de abril en conversación con la agencia Fides. «Solo se obtendrá una cifra exacta cuando el agua se retire y se recuperen los cuerpos».
La falta de refugios para los damnificados ha obligado a los residentes a permanecer en el lugar de la tragedia donde no existen condiciones de salubridad y se encuentran expuestas a nuevas lluvias y altas temperaturas. «Hay temores de cólera y de epidemias de fiebre tifoidea (ya hay 270 casos de cólera), mientras que las formas agudas de diarrea y dolor intestinal ya están a la orden del día», agregó el misionero. »También se ha producido un fuerte aumento del paludismo debido a que miles de personas duermen sin la protección de sus hogares y sin mosquiteros».
Como respuesta a estas situaciones, la Iglesia Católica ha dado inicio a campañas caritativas como las de Cáritas Italia y la Provincia Euromediterránea de los Jesuitas que buscan llevar bienes de primera necesidad a los damnificados. Cáritas Mutare ha llevado comida a los ciudadanos que se refugian en el templo de Ngangu, mientras que Cáritas Mozambique distribuye alimentos en Beira, además de 1500 tiendas de campaña para los afectados. «Ellos han perdido todo y quienes ya eran pobres se han hecho más pobres», lamentó Antonio Anosso, oficial humanitario de Cáritas Mozambique.
Con información de Fides y Cáritas Internationalis.
