(CRUX) Continuando sus esfuerzos para combatir el abuso sexual clerical, la Arquidiócesis de la Ciudad de México presentó el miércoles un Equipo Interdisciplinario de Atención a Víctimas, que involucra a sacerdotes, laicos y sobrevivientes, incluido el director de SNAP-México.
La propuesta es una respuesta concreta a la cumbre del 21 y 24 de febrero sobre la protección de menores que tuvo lugar en el Vaticano, con la participación de los presidentes de las conferencias de obispos de todo el mundo.
Joaquín Aguilar, quien representa a los sobrevivientes en el nuevo equipo, estuvo entre los que presentaron la iniciativa a los medios el miércoles. Después de reconocer que no siempre ha sido fácil para las víctimas del abuso sexual clerical tener vías de comunicación con la arquidiócesis, dijo que recientemente fue la Iglesia la que se ha acercado a la Red de Sobrevivientes de los Abusados por los Sacerdotes.
También dijo que la institución ha dado los primeros pasos hacia una «reparación integral» del daño causado por el abuso, como la sanción de los responsables, la prevención del delito y la asistencia a las víctimas.
«No es fácil; El camino es largo, pero quiero enfatizar que este equipo es uno de los pocos que pretende trabajar muy bien. Por eso me uní», dijo Aguilar.
El equipo incluye a Aguilar; El padre Andrés Luis García, que encabeza el tribunal eclesial de la archidiócesis; la psicóloga Zaira Noemi Rosales, que dirige el Departamento de Protección de Niños de la archidiócesis; El padre Manuel Corral, secretario de Relaciones Institucionales; y Marilu Esponda, Directora de Comunicaciones de la archidiócesis.
Esponda dijo que desde 2018, la arquidiócesis recibió acusaciones de abuso sexual infantil contra 10 sacerdotes, y los casos se están estudiando junto con las autoridades civiles. Ella dijo que los 10 clérigos han sido suspendidos «ad cautelam», lo que les impide ejercer el ministerio hasta que se decidan sus casos.
Ella dijo que las víctimas, así como los miembros de su familia, están recibiendo atención psicológica y espiritual, así como asesoramiento legal para ayudarlos a manejar tanto los procedimientos civiles como los canónicos.
Esponda también dijo que el nuevo equipo representa un canal abierto para que los sobrevivientes de abuso sexual clerical, o aquellos que detectan una situación irregular, puedan comunicarse con la Arquidiócesis, contactando a Rosales por teléfono o correo electrónico.
Ella dijo que ayudar a los sobrevivientes es una de las cosas más complicadas, pero afirmó que la compensación financiera es una obligación, «todos tenemos derecho a esto como víctimas, pero las autoridades determinan cuánto se paga».
El equipo interdisciplinario pretende ser un instrumento para la protección de víctimas y sobrevivientes, y es el primer paso de una estrategia más amplia a través de la cual la arquidiócesis tiene como objetivo crear entornos para la protección de menores en diferentes esferas sociales, ya que el delito de abuso sexual no solo está presente en la Iglesia Católica, sino que puede ocurrir en otras áreas.
Esponda también dijo que la instrucción que recibió el equipo del cardenal Carlos Aguiar Retes, arzobispo de la Ciudad de México, es clara: «Cero tolerancia a todas las formas de abuso. Compromiso absoluto con la prevención oportuna y efectiva. Apoyo y solidaridad inequívoca para las víctimas. Sin opacidad y, por supuesto, plena cooperación con las autoridades civiles y eclesiales para una justicia efectiva».