(Gaudium Press) La sepultura de un bebé abandonado difícilmente constituye una noticia digna de aparecer los periódicos. Sin embargo un caso como éste llamó la atención de la opinión pública en Boston, Estados Unidos, debido a la conmovedora ceremonia en la cual 23 religiosos honraron a una pequeña desconocida en una capilla del Santuario de San Antonio, ubicado en el centro de la ciudad.
La celebración fue reportada por el periódico Boston Globe, que acompañó la noticia con la fotografía de los religiosos inclinándose para despedir a la pequeña bebé, cuyos restos reposaban en un diminuto ataúd cubierto con una tela blanca. «El féretro, pequeño como una caja de zapatos, yacía en el centro de la capilla. La luz azul caía en torno suyo desde los brillantes vitrales cerúleos. Pronto la capilla se llenaría con el humo del incienso y las personas se pondrían de pie, pero este momento era una respiración contenida». Describió la reportera Evan Allen en el medio informativo.
El reporte destacó la forma como los 23 religiosos honraron la memoria de una persona sobre la cual no tenían ninguna información. «Ninguno de ellos conocería nunca la historia de esta bebé. No importaba. Ella estaba perdida y ellos habían llegado para que fuera hallada».
Varias fotografías del féretro cubierto por la tela y las flores dispuestas para honrar la celebración fueron compartidas a través de redes sociales y replicadas por otros medios de comunicación. El hecho, aparentemente irrelevante en medio de la ajetreada realidad de la ciudad, demostró ser una oportunidad para reconocer que cada vida, sin importar que tan larga sea, tiene un valor inestimable.