(Agencias/InfoCatólica) El caso del obispo argentino Gustavo Zanchetta parecía haberse encarrilado judicialmente, con la apertura de los procesos civil y canónico, después de que la Santa Sede confirmase a principios de año que «está bajo investigación por presuntos abusos sexuales y de poder».
Sin embargo nuevos supuestos documentos publicados por el diario El Tribuno, el día que comenzaba el Encuentro en Roma sobre protección de menores cuestionan el cuándo y quién conocía los hechos por los que se acusa al prelado argentino.
El portavoz interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, compareció a principios de enero de 2019 para asegurar que la Santa Sede no conocía nada de las acusaciones por supuestos abusos sexuales cometidos por el obispo argentino Mons Zanchetta, mientras fue obispo de la diócesis de Orán (Argentina), antes de otoño de 2018.
Después de que la agencia AP y El Tribuno señalaron tener constancia de que hubo denuncias en 2015 y 2017 y en el Vaticano y el Santo Padre las conocía, el portavoz se reafirmó en lo comentado:
«Con referencia a los artículos recientemente publicados por algunos medios de comunicación y a algunas reconstrucciones engañosas, puedo reiterar firmemente lo que se declaró el 4 de enero.
También confirmo que el caso se está estudiando y que la información sobre los resultados se proporcionará al final de este procedimiento»
El hecho era relevante, puesto que en agosto de 2017, el Papa Francisco aceptó la renuncia de Zanchetta de la sede de Orán, después de que Zanchetta adujera motivos de mala salud, que se mostró que no eran tales.
Tras un breve paso por Madrid, ya en diciembre de 2017, Francisco nombró a Zanchetta «asesor» en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica, APSA, un puesto creado para él en el departamento que supervisa los bienes raíces de la Santa Sede y otros activos importantes.
La información de El Tribuno
Según el diario El Tribuno, el obispo envió fotos íntimas desde su celular (tfno. móvil), acosó a seminaristas, no registró la venta de un importante inmueble y manejó fondos discrecionalmente.
Las sospechas contra el prelado surgieron en el seno de la Iglesia desde 2015, según se describe en la denuncia interna. Después de que un secretario del Obispado descubriera fotos sexuales que Zanchetta había enviado y recibido desde su teléfono, sacerdotes alertaron a las autoridades de la Iglesia. De acuerdo a lo que relata el texto, tras dicha denuncia el Papa llamó al entonces obispo de Salta para hablar sobre el tema, pero no fue separado del cargo.
Después, en el año 2016, tres de sus vicarios generales y dos monseñores hicieron una denuncia formal ante la Nunciatura, insistiendo en «actitudes extrañas» de Mons. Zanchetta con los seminaristas como «vigilarlos de noche paseando por sus habitaciones a altas horas con una linterna, o pedir que le hagan masajes, o meterse en sus habitaciones y sentarse en sus camas, o incitarlos a tomar bebidas alcohólicas, o ciertas preferencias por algunos más agraciados».
El documento, redactado a pedido del Nuncio Emile Tscherrig, cuestiona que la primera advertencia no haya tenido el debido proceso.
Esa denuncia no tuvo ninguna consecuencia. En una segunda denuncia, que se presentó en el año 2017, ya se explicitan supuestos casos de abuso sexual a seminaristas.