(Agencia Fides) El arzobispo de Sucre, monseñor Jesús Juárez, llama a los bolivianos a la solidaridad ante el dolor y el sufrimiento de las familias afectadas por inundaciones: «Este período de lluvias intensas trajo consigo la tragedia que ocurrió en el área de Caranavi, con un saldo de 14 muertos y decenas de heridos. Las personas afectadas por las lluvias y las inundaciones aumentan en todo el país», escribe el arzobispo en un mensaje titulado «Dios ama a los que dan con alegría» (2Cor 9,7).
«En nuestra zona, en los últimos días, en Poroma, murieron un niño, su madre y su hermana después de la caída de un rayo en su casa. Un matrimonio de 66 y 68 años se ahogó después de ser arrastrado por el crecimiento del agua en la comunidad de Pampas Carreras, en el municipio de Azurduy. Una persona en la ciudad de Presto y otras personas han desaparecido. Hay unos 20 municipios afectados, además de comunidades, 3.000 familias y 810 hectáreas de producción dañada».
El Arzobispo recuerda que Dios, el Padre Misericordioso, «nos llama a responder con solidaridad al dolor y el sufrimiento de estas familias que hoy están necesitadas» e invita a toda la comunidad archidiocesana a asistir a la misa el domingo 10 de febrero en la catedral Metropolitana para rezar por las víctimas de estos desastres. «Invitamos a la generosa población de Sucre a participar en esta Eucaristía y hacer una contribución tras la misa de alimentos no perecederos, material de limpieza y también aportaciones económicas».
Después de los efectos devastadores de las precipitaciones, el presidente de Pastoral Social-Caritas Bolivia, monseñor Christopher Bialasik, obispo de Oruro, ha pedido una solidaridad activa en todas las jurisdicciones eclesiásticas del país. En un mensaje de vídeo, el obispo se une al «dolor de aquellos que sufren la muerte de sus seres queridos y a las muchas personas que han perdido su hogar y su familia por desastres naturales», además de garantizar su oración por las personas sin hogar y los demás afectados. Pide a Dios que proteja la vida de todos los seres humanos e invita a Cáritas y a las diferentes jurisdicciones eclesiásticas de Bolivia a reunir «dinero, comida y todo lo necesario para estas personas que sufren y también necesitan del amor, respeto y amor que viene de Dios».
Al mismo tiempo, reafirma la invitación a salir y a encontrar al hermano necesitado: «Constantemente nuestro pueblo boliviano y latinoamericano sufre dolor y hambre, no podemos permanecer sin hacer nada, debemos trabajar juntos por el bien de todos para proteger la vida, la salud y la dignidad y para que puedan disfrutar de la bendición de Dios».