(Catholic Herald/InfoCatólica) El obispo de Lincoln (Nebraska, Estados Unidos), Monseñor James Conley, realizó recientemente declaraciones sobre la «incertidumbre y confusión» que existen hoy en la Iglesia en el campo de la enseñanza moral, en algunos casos a «muy alto nivel».
Estas declaraciones forman parte de la entrevista realizada al obispo y recogida en Mind, Heart, and Soul: Intellectuals and the Path to Rome, un libro de entrevistas realizadas por Robert George, catedrático en la universidad de Princeton, a dieciséis conversos al catolicismo.
En la entrevista, se preguntó a Mons. Conley sobre las divisiones en la Iglesia y el prelado replicó que «en la Iglesia parece haber ciertas voces, algunas de muy alto nivel, que están poniendo en cuestión algunas verdades fundamentales sobre el ser humano», en particular sobre el matrimonio y la sexualidad.
El obispo, que preside el subcomité para la Promoción y Defensa del Matrimonio de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos, señaló que «esas verdades han sido enseñadas por la Iglesia durante mucho tiempo y fueron reafirmadas enérgicamente por el Papa Juan Pablo y el Papa Benedicto. Son cuestiones relativas a la naturaleza y la función de la conciencia, del pecado y del acto moral, de las acciones intrínsecamente malas y de la ley natural».
Para Mons. Conley, esas voces que ponen en cuestión la enseñanza tradicional de la Iglesia son «muy perturbadoras. Y algunas de ellas son voces muy importantes, teólogos e incluso obispos, arzobispos y cardenales». A pesar de esas «divisiones cada vez más profundas», sin embargo, el obispo manifestó que tenía «confianza en que el Espíritu Santo terminará por arreglar las cosas y no dejará que la Iglesia se salga del camino».
Si bien Mons. Conley afirmó que, en su opinión, el Papa Francisco sostenía la doctrina de la Iglesia, también señaló que ha habido algunos casos muy poco frecuentes en la historia de la Iglesia en que un Papa ha dicho «algo que contradecía o era lógicamente incoherente con la enseñanza firme y constante de la Iglesia en un tema de fe o moral». El obispo señaló que, cuando esto sucede, conviene recordar que «el Papa no puede revocar lo que se ha enseñado de forma infalible, ya sea por el mismo magisterio papal, por un concilio ecuménico o por el magisterio universal ordinario». En ese sentido, los Papas «no son dictadores y la fe de la Iglesia no reside en un Papa».
Asimismo, el prelado consideró «qué deberían hacer los fieles católicos en conciencia si, Dios no lo quiera, su conciencia debidamente formada entrase en conflicto con algo que dijera un Papa. Podría ser el Papa Francisco o cualquier Papa». En esos casos, sería necesario «utilizar el sensus fidelium», lo que «ha creído la Iglesia a través de los siglos, ayer, hoy y siempre». En ese sentido, el obispo distinguió entre el sensus fidelium («la enseñanza firme, constante y auténtica de la Iglesia») y el disenso moderno sobre diversos temas, como los anticonceptivos.
El obispo, que fue capellán del Centro Newman de la Universidad de Wichita, afirmó que el Beato John Henry Newman podía ayudar a los católicos a «comprender la misión de Pedro, especialmente en este pontificado». En efecto, Newman «tenía un respeto, obediencia y admiración muy sanos por el papado», pero «sabía que no todo lo que dice un Papa es necesariamente doctrina cristiana auténtica». Esa convicción hizo que Newman sufriera el rechazo de algunos personajes muy poderosos de su época y puede que fuera la razón por la que no fue consagrado obispo.
Monseñor Conley tiene ascendencia india (de la tribu Wea) y fue educado como presbiteriano. A través del estudio de las humanidades, especialmente los clásicos griegos y romanos, en la Universidad de Kansas, se acercó al catolicismo y se convirtió en 1975 (conversión en la que le seguirían, años después, sus padres). Durante un tiempo, pensó en hacerse monje en la abadía de Fontgombault, en Francia, pero, tras la visita del Papa Juan Pablo a los Estados Unidos, decidió entrar en el seminario diocesano. Después de ser obispo auxiliar de Monseñor Chaput en Denver, en 2013 sucedió en la diócesis de Lincoln a Mons. Bruskewitz. Con ambos obispos, la diócesis de Lincoln ha tenido fama de ser una de las más ortodoxas, tradicionales y evangelizadoras de los Estados Unidos, además de tener la proporción más alta de sacerdotes con respecto al número de fieles del país.