(Gaudium Press). La Capilla de Santa Kinga de Polonia es uno de los templos más llamativos del país, por encontrarse bajo tierra y haber sido elaborado en su totalidad en sal. La historia de este templo está ligada a un milagro realizado por la Santa al llegar al país, que le mereció ser considerada Patrona de los Mineros.
La tradición cuenta que la dote ofrecida para el matrimonio de Santa Kinga, sobrina de Santa Isabel de Hungría y hermana de Santa Margarita de Hungría y de la Beata Yolanda de Polonia, fue una roca de sal, considerada de gran valor en su tiempo. Para cumplir esta condición y poder casarse con Boleslao V el Casto de Polonia, la Santa arrojó su anillo de compromiso en una mina de sal húngara. Luego viajó a Polonia y en Wieliczka pidió que se hiciera una excavación hasta hallar una roca. Resultó ser una roca de sal y, al romperse en dos tenía en su interior el anillo de compromiso. En ese lugar se encontraron los valiosos depósitos de sal de la mina actual.
El templo fue tallado a 330 pies de profundidad y tiene un área de 5 mil pies cuadrados y 36 pies de altura. Todas las esculturas y altares fueron tallados en la roca de sal e incluso los candelabros que la iluminan fueron elaborados en cristales de sal. El templo exhibe tallas de la Natividad, la Última Cena, la Crucifixión y otras escenas de la vida de Cristo, además de tener una imagen en sal de Santa Kinga de Polonia tras el altar mayor.
La Catedral de Sal de Polonia conserva una reliquia de su Patrona, Santa Kinga y del Papa San Juan Pablo II, quien visitó el templo en tres oportunidades antes de ser elegido Pontífice. En su honor, los mineros tallaron una imagen que también es venerada en el templo subterráneo.
El templo de Santa Kinga de Polonia fue agregado a la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1978 junto con la mina y es visitada por cerca de 1,000 de personas cada año. La Eucaristía se celebra en la Capilla cada Domingo y en festividades especiales.
Con información de uCatholic.