(CNA). Peregrinos de 150 países se encuentran en Panamá esta semana para la Jornada Mundial de la Juventud, incluidos 400 de Venezuela, que están urgiendo a sus compañeros peregrinos a orar por su país en medio de una escalada de disturbios y agitación política.
El Papa Francisco habló a aproximadamente 315,000 mil jóvenes el 24 de enero en la ceremonia de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud en el Campo Santa María la Antigua en la Ciudad de Panamá, alentándolos a unirse por su amor común de Cristo.
Horas antes de la llegada del Papa, miles de peregrinos entusiastas, la mayoría de ellos latinoamericanos, se apiñaron cerca del escenario principal con la esperanza de vislumbrar al Santo Padre cuando salía de su vehículo. Colombia, México, Perú y Panamá estuvieron representados con grupos grandes, mientras que también estuvieron presentes grupos más pequeños de Honduras, Nicaragua y El Salvador.
Antes de la ceremonia de apertura, un gran grupo de peregrinos cerca del escenario principal desplegó una pancarta de casi 200 pies con las palabras «#PrayforVenezuela».
Robert Araujo, de 27 años, peregrino de Barquisimeto, Venezuela, dijo que esta es la primera vez que puede asistir a la Jornada Mundial de la Juventud después de intentar durante diez años. Dijo que la pancarta, hecha por un grupo de expatriados venezolanos que ahora viven en Panamá, es un gesto de solidaridad y un testimonio de la confianza de los peregrinos en el poder de la oración.
«Este año es decisivo para Venezuela», dijo Araujo a ACI Prensa, la agencia hermana de CNA. «Esta bandera es una reafirmación de que los venezolanos, los latinoamericanos y todos los cristianos de todo el mundo creen firmemente en la oración y por eso decimos: Oren por Venezuela», dijo.
Venezuela se ha enfrentado a una inflación devastadora y al descontento social desde la elección del presidente Nicolás Maduro en 2013, quien recientemente se juramentó por un segundo mandato.
Según informes, el jefe de derechos humanos de las Naciones Unidas está advirtiendo que las protestas a gran escala en Venezuela podrían dar paso a la violencia, luego de que la Asamblea Nacional de Venezuela anunció el martes la toma del poder ejecutivo por Maduro.
Los obispos católicos de Venezuela expresaron su apoyo a las manifestaciones pacíficas de la oposición en todo el país el miércoles, aunque al menos 20 personas fueron asesinadas por las fuerzas de seguridad. En un momento dado, más de 700 manifestantes fueron asediados en la catedral de Maturin.
En una de estas marchas en Caracas, el líder opositor y jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaido, se declaró a sí mismo presidente interino, y varios países, incluidos Estados Unidos, Colombia, Brasil, Perú, Ecuador y Costa Rica lo han reconocido como el líder del país.
Alessandro Gisotti, oficial interino de prensa de la Santa Sede, dijo el 24 de enero que el Papa Francisco «está orando por las víctimas y por todo el pueblo de Venezuela», y que «la Santa Sede apoya todos los esfuerzos que ayudan a salvar a la población de un mayor sufrimiento».