(Vatican News/InfoCatólica) «Muy pronto habrá elecciones, y debemos recordar que votar de manera responsable es un derecho y un deber de todos los ciudadanos», dijo el arzobispo de San Salvador este domingo 13 de enero, durante la homilía de la misa con ocasión de la 52ª Jornada Mundial de la Paz, titulada: «La buena política está al servicio de la paz».
La misa, que tuvo lugar en la Catedral Metropolitana, fue presidida por el Nuncio Apostólico, Mons. Santo Rocco Gangemi y concelebrada por todos los Obispos de la Conferencia Episcopal de El Salvador.
El 3 de febrero, más de cinco millones de salvadoreños serán llamados a votar para elegir al Presidente y al Vicepresidente que gobernarán el país centroamericano desde el 1° de junio de 2019 hasta el 31 de mayo de 2024. A este respecto, el Arzobispo Escobar pidió que se elija a las personas «que mejor puedan responder a los legítimos intereses del pueblo».
El ex alcalde de San Salvador, favorito en las encuestas
Según los medios locales, el ex alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, encabeza las encuestas previas a las elecciones, superando a los partidos tradicionales que han perdido popularidad a causa de ex presidentes acusados de corrupción.
No a la privatización del agua
Mons. Escobar Alas también aprovechó la oportunidad para llamar a las autoridades a «trabajar» por la paz gobernando «con justicia por el bien común», y para evitar cualquier intento de privatizar el agua, uno de los problemas más graves de la realidad de El Salvador:
«En una sociedad democrática el agua no puede ser privatizada en beneficio de unos pocos y en detrimento de los pobres, es inconcebible, es impensable».
Crítico con la política fiscal
El arzobispo salvadoreño criticó además las políticas fiscales de El Salvador, donde según él se «favorece a quienes tienen más, permitiendo a estas personas evadir y evitar impuestos», mientras son aplicadas, sin «piedad y sin excepción, solo a los más pobres».
El Arzobispo también ha denunciado la injusticia de un sistema de pensiones que da a pocos «millones de ganancias» mientras otros están «destinados a vivir el final de sus vidas en la pobreza».