(Fides) Además de la restauración de templos, el gobierno está legalizando otros edificios sagrados cristianos y otorgando permisos para la construcción de nuevas iglesias e institutos coptos.
Las iglesias egipcias han tenido que iniciar proyectos de reestructuración y modernización para eliminar las consecuencias de las agresiones de los «Hermanos Musulmanes», que han golpeado los lugares sagrados desde agosto de 2013. En total, se han registrado 90 ataques en varias partes del país, principalmente en Minya, aunque también en las regiones de Asyut, Fayoum, Giza, Suez, Sohag, Luxor y Beni Suef. La restauración y adaptación de los edificios a las referencias normativas comenzó con las iglesias de Minya afectadas por actos de vandalismo, y se ha extendido a las instalaciones sociales, hospitalarias y educativas de Suez, Beni Suef y Giza.
El Gobierno de Al-Sisi ha prestado gran atención a la cuestión de la construcción de iglesias: el proyecto de ley, aprobado por la Cámara el 30 de agosto de 2016, fue el primero relativo a los edificios de culto cristiano que, en los últimos 100 años, fueron construidos y regulados por un decreto que se remonta a la época otomana . La regularización, sancionada por un nuevo decreto firmado por el primer ministro egipcio Sherif Ismail, tenía por objeto garantizar que las iglesias se ajustaran a los parámetros definidos por las nuevas disposiciones legales.
En declaraciones anteriores, el papa Tawadros II de Alejandría afirmó que el gobierno actual «está curando las cicatrices dejadas por heridas profundas. Se trata de iniciativas necesarias para la estabilidad de la sociedad y para afirmar los valores de la auténtica ciudadanía».
De hecho, según el pastor Michael Anton, vicepresidente del Comité para la regularización de las iglesias y miembro del Comité ministerial competente, se han ocupado de 500 iglesias en los últimos dos años.
El Comité ministerial actualmente está examinando 2.500 documentos catastrales proporcionados por la Iglesia ortodoxa copta, relativos a la identificación y arquitectura de varias iglesias y salas litúrgicas distribuidas por todo el país, donde durante años se han celebrado ritos religiosos sin la debida autorización, para regularizar su situación.