(Cris Souto/Xornal) El padre Manuel Carreira, nacido en Cedeira y criado en Villalba, ofrece hoy en la Fundación Barrié de A Coruña una conferencia sobre el origen del Universo, en el 400 aniversario del telescopio de Galileo. El padre, que ayer estuvo en el Instituto Teológico de Santiago, defiende la complementariedad entre ciencia y religión.
¿Cómo es posible esa compatibilidad si parece que cuanto más avanza la ciencia, más terreno pierde la religión?
Eso es porque existe una idea equivocada de lo que puede dar de sí cualquier conocimiento. En el Universo, el físico puede decirme qué hace la materia, pero no por qué existe o cuál es su razón de ser. El químico puede decirme cuáles son los componentes del ser humano, pero no si la vida tiene sentido y vale la pena vivirla. Son preguntas que hay que hacer desde diversos puntos de vista y las respuestas nunca serán contradictorias entre sí, sino parciales y complementarias. Hay que completar la perspectiva científica con razonamientos filosóficos y datos teológicos.
¿También son compatibles las teorías de la evolución humana con el libro bíblico del Génesis, por ejemplo?
La realidad humana se puede expresar en forma poética, como ocurre en la Biblia, cuando no había ciencia, pero también se puede apoyar en los datos de la ciencia moderna de forma verdaderamente valiosa. De hecho, la ciencia moderna me da razones para afirmar con mayor base que el Universo no tiene sentido si se excluye la realidad humana, eso es el principio antrópico.
Entonces, ¿debemos pensar que Dios es el creador también de la ciencia?
Dios es el que permite que haya ciencia. El Universo es ordenado, por eso se puede estudiar, si fuese un caos absurdo no sería posible la ciencia. Eso es lo que da una razón histórica muy importante para explicar por qué la ciencia se desarrolló en la cultura occidental, primero en Grecia y después en el cristianismo, donde se acepta desde el primer momento que el Universo está hecho con número y medida, con orden, y que, por tanto, se puede estudiar y entender.
¿Debe la Iglesia acercarse más a la ciencia para llegar mejor a la gente?
No se pueden llevar anteojeras para decir que solo nos interesa un aspecto de la realidad humana. La ignorancia nunca es un bien y el conocimiento nunca es un mal. Por un lado, si uno quiere conocer el Universo y darse cuenta de lo que la ciencia nos da en él, no debe cerrar los ojos a otras preguntas que van más allá de los números; por otro, conocer más el Universo ayuda a conocer mejor al hombre.
