(Crux/GP) El Arzobispo Mayor de la Iglesia Greco Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, ser refirió a la posibilidad de introducir en la Iglesia Católica de occidente la figura de los viri probati, hombre casados probados, como candidatos al sacerdocio. Su respuesta, nacida de la experiencia de dirigir una Iglesia que cuenta tradicionalmente con sacerdotes casados, es de abordar el tema con prudencia, ya que conlleva otras implicaciones y no necesariamente resolver el problema de la escasez de presbíteros.
«Ser prudentes»
«Si tenemos que dar consejos, diría que eliminar el celibato del sacerdocio no resolverá el problema», indicó el Arzobispo Mayor en conversación con el diario Crux. «Mi experiencia es que hay sacerdotes santos que están casados... esta santidad, esta madurez, es un gran tesoro, pero no es una consecuencia directa del estado de vida». Por este motivo, ante las propuestas de reformar la disciplina de la Iglesia en esta materia que podrían ser estudiadas en el próximo Sínodo de los Obispos sobre la Amazonia, el llamado del prelado es «ser prudentes».
Nuestros seminarios solo aceptan jóvenes que no están casados
Según explicó, existen aspectos de la promoción vocacional para un clero no célibe que pueden ser ignorados en los debates, a causa de la falta de familiaridad con esta disciplina. «El proceso de discernimiento vocacional es otro desafío. No es fácil acompañar a un seminarista sobre qué estado, casarse o ser célibe, debe elegir al acercarse al sacerdocio», indicó. «Nuestros seminarios solo aceptan jóvenes que no están casados. Esto se debe a que es casi imposible asegurar un período tranquilo de discernimiento durante la formación (después del matrimonio). Si un hombre casado ingresara al seminario, básicamente tendría que dejar a su familia durante seis años».
Esta posibilidad se hizo muy real durante la década de 1990, cuando la recuperación de la libertad religiosa hizo notoria la necesidad de sacerdotes y se aceptaron candidatos casados. «Cada semana, veía con mis propios ojos el sufrimiento de estas familias que estaban privadas de su padre. Esta fue una tragedia desde una perspectiva humana, una perspectiva espiritual y también económica», relató el Arzobispo. Se crearon programas experimentales para no dividir a las familias, pero fueron excepcionales y con resultados limitados.
Graves problemas en el noviazgo
La apertura de la posibilidad del matrimonio genera que los seminaristas puedan tener una novia a distancia durante parte de su formación. «Este es también un período muy delicado», comentó Su Beatitud. «A veces durante la formación es difícil concentrar la atención del seminarista en la comunidad, porque hay alguien de afuera que lo atrae. (...) A menudo, nuestros Obispos están preocupados no sólo por el seminarista sino también por su novia, y también hemos creado un programa para estas mujeres», comentó. «A veces, después de dos o tres encuentros, se dan cuenta de que no quieren ser las esposas de un sacerdote. Esto también puede hacer las cosas más complicadas».
Compartir la experiencia
El prelado afirmó que la Iglesia Greco Católica Ucraniana se mantiene abierta a compartir su experiencia en este tema de ser necesario, «pero la decisión debe ser tomada por la Iglesia latina». «Debo decir que este no es un tema de este Sínodo, el tema del celibato no se está discutiendo en la sala o en los pequeños grupos», concluyó.