(Tamara García/InfoCatólica) Hay historias que mantienen al mundo entero en vilo, que conmueven, que te hacen reflexionar y que movilizan a miles y miles de personas de diferentes países. Así, ocurrió la pasada primavera con el pequeño Alfie Evans, el niño británico de tan sólo 23 meses que sufría una enfermedad degenerativa y que fue desconectado por orden judicial.
Sus padres Tom y Kate lucharon hasta el último segundo para salvar la vida de su hijo. Sin embargo, la justicia británica rechazó un último recurso de James y Thomas Evans que, con el apoyo del Papa Francisco y del gobierno italiano, reclamaban continuar el tratamiento de su hijo en Italia, donde los hospitales habían propuesto acogerlo. El pequeño se encontraba ingresado desde diciembre de 2016 en el Hospital Infantil Alder Hey de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra.
Tom y Kate recurrieron la sentencia, incluso recurrieron al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que no lo admitió al no estimar una violación de derechos humanos. Lamentablemente, el pequeño Alfie falleció el 28 de abril.
Hemos tenido la oportunidad de charlar con el padre de Alfie, Tom Evans, quien se encontraba en Madrid para recoger el premio que la asociación HazteOir.org les ha otorgado a la pareja por su coraje y lucha incansable en defensa de la vida de su hijo.
¿Qué papel jugó su fe a la hora de afrontar los último momento de Alfie con ustedes?
El papel que desempeñó la fe fue creer que podríamos salvar a Alfie. Soy un hombre de mucha fe y deposité toda mi fe en salvar la vida de mi hijo.
Comunicó la partida de su hijo con una frase que nos hizo llorar a todos: «Mi gladiador ha depuesto su escudo y ha ganado sus alas a las 2.30. Absolutamente desconsolado. Te quiero, mi chico», ¿qué le diría a esos que piensan que tantas oraciones «no sirvieron para nada»?
El apoyo que recibimos fue el que nos hizo llegar tan lejos. Todo el apoyo, la fe y la positividad lograron que nosotros continuáramos luchando y nos dio toda la fuerza y el coraje para seguir luchando. Queremos que todo el mundo lo sepa.
Al final no se trató de las oraciones, sino de una cuestión del hospital. Las oraciones nos proporcionaron un gran apoyo y fue el hospital el que finalmente nos decepcionó a todos y dejó que Alfie se muriera. Las oraciones cumplieron con su fin y si realmente el hospital hubiera tenido otro punto de vista, quizás Alfie estuviera aquí y se lo hubiera dado la oportunidad de vivir.
Además de todas esas buenísimas personas, algunas autoridades, civiles y eclesiásticas, no estuvieron a la altura de las circunstancias, ¿qué sentimientos abrigan hacia ellos?
Todo el mundo intentó hacer lo mejor. Sin embargo, lo que es cierto es que en muchos otros países se portaron mucho mejor con nosotros que en Gran Bretaña, donde contamos con el apoyo de los ciudadanos, pero no del gobierno.
Por ejemplo, me encuentro en España y aquí me están entrevistando y en Reino Unido nunca nos han hecho una entrevista ni a mi mujer ni a mí. No han permitido que me pronunciara después de la muerte de Alfie ni se han preocupado por saber cómo Kate y yo estamos saliendo adelante como familia.
El apoyo que hemos recibido de mi país ha sido de los ciudadanos, pero desde luego las autoridades no nos han apoyado tanto como en otros países que su apoyo ha sido de máximo nivel. Para mi familia todo ese apoyo ha sido un privilegio.
Si pudiese volver atrás, ¿qué cosas habría hecho de otro modo?
Sólo hay una cosa que lamento y es no haber sacado a Alfie del hospital. El gran día en el que se llevó a cabo la gran propuesta Kate y yo teníamos en realidad todo el derecho de llevarnos a nuestro hijo del hospital, porque contábamos con un equipo de profesionales que le acompañaban en la cama
Y, por lo tanto, no hubo una razón de peso por la que nosotros no hubiéramos podido llevárnoslo y sacarlo en ese momento del hospital.
¿Qué les aconseja a esos padres que se enfrentan a una situación similar, en la que el Estado se ha adueñado del destino de sus hijos?
El mensaje es que son los padres los que tienen el derecho sobre los hijos. Los padres son los que pueden tomar decisiones sobre la vida de los hijos. No importa la fortaleza que en ese momento tenga el gobierno o el Estado. Siempre hay que tener a nuestros hijos en nuestro corazón y saber que cuando nosotros estamos mirando a nuestro hijo, vemos vida y fe, vemos la oportunidad de que siga con vida.
Independientemente del gobierno o de las leyes del momento, Kate y yo nunca nos echamos atrás. Nosotros hicimos lo que estuvo en nuestras manos.
Por lo tanto, el mensaje para aquellos padres que estén pasando por una situación parecida a la que nosotros hemos vivido es fuerza, coraje y oraciones, pero sobre todo les decimos que luchen por la vida. La vida está por encima de cualquier ley o norma. También les diría que se mantuvieran al lado de su hijo y de la vida.