(Agencia Fides) «Es fundamental para nosotros, ciudad de Crema, expresar nuestra cercanía a la familia del padre Gigi Maccalli, y a todo Madignano que quiera abrazar a su vecino, enviando este mensaje al Ministerio de Asuntos Exteriores: que se preste máxima atención a este caso que ha afectado profundamente a nuestra comunidad, preocupada por el destino de uno de sus hijos. Queremos que no se imponga el silencio sobre un acontecimiento que nos conecta con el drama de uno de los países más pobres del mundo, devastado primero por la dictadura y ahora por una situación sociopolítica y económica que es muy pesada para una población agotada». Este es el llamado del Ayuntamiento de Crema, ciudad italiana de cuya provincia es el padre Luigi Maccalli, misionero secuestrado en Níger hace un mes).
Según el texto enviado a Fides, «la noche del 17 de septiembre un comando de hombres, aún desconocidos, irrumpió en la misión de Bomoanga, en Níger, llevándose consigo al padre Pierluigi Maccalli, sacerdote misionero de Crema, comprometido desde hace muchos años en el continente africano. Desde ese momento no se han conocido novedades, ni sobre la identidad de los secuestradores -quizás yihadistas de la vecina Burkina Faso- y sus motivaciones y objetivos, ni sobre las condiciones del padre Maccalli. A la consternación por un hecho tan grave se suma día a día, hora a hora, la angustia por el silencio que rodea a esta historia, distante sólo geográficamente pero en realidad cercana a nuestra comunidad. Silencio que muy a menudo está cargado por el trabajo, bajo perfil, de la Farnesina y del Vaticano, que respetamos pensando en los éxitos obtenidos en el pasado en casos similares».
La carta del Ayuntamiento destaca «el espíritu misionero del padre Maccalli» y reafirma la esperanza de tener noticias positivas prontamente. «Hacemos un apelo al Gobierno para que haga todo lo posible en sus relaciones diplomáticas con Níger y con su presidente, Mahamadou Issoufou. Y apelamos también a los secuestradores: Les pedimos que le hagan saber a la familia del padre Maccalli que él está sano y salvo, y les pedimos que lo liberen, sin más condiciones».
Entre las numerosas llamadas a favor del p. Luigi, no falta la voz de la Iglesia. Laurent Djalwana Lompo, obispo de la diócesis de Niamey, pidió a los fieles que oraran sin cesar por la liberación del misionero. Durante estos días, los cristianos de la misión del p. Gigi, Bomoanga, organizaron una peregrinación en la colina que domina el pueblo, sobre la que se erigió una cruz; y en Makalondi, dos jóvenes pastores protestantes realizaron una vigilia ecuménica de oración por el p. Gigi, junto con los fieles católicos.
Incluso los líderes musulmanes de Níger (ver Fides 24/9/2018) se han unido a los cristianos para orar por su liberación, enviando un mensaje para que los secuestradores, siguiendo la verdadera enseñanza del Islam, pongan fin a la violencia y respeten los derechos de cada persona. El cartel del Comité Interreligioso de Níger, que pide la liberación inmediata e incondicional del p. Gigi, se encuentra en varias partes de la ciudad y en varios edificios públicos y privados, para invitar a todos a unirse a esta campaña de oración y presión sobre los secuestradores.