(ZENIT) La Iglesia ha celebrado este domingo, 14 de octubre de 2018, una gran fiesta: la Canonización de siete beatos: El Papa Pablo VI y el mártir salvadoreño Mons. Óscar Romero, los sacerdotes Vicenzo Romano y Francesco Spinelli, el joven laico Nuncio Sulprizio y las religiosas Nazaria Ignacia March y Maria Caterina Kasper.
El Papa Francisco ha presidido la Eucaristía en la plaza de San Pedro a las 10:15 horas, precedida por el rezo del Santo Rosario en latín, en lo que han participado 70.000 personas venidas de diferentes países, con gran presencia de El Salvador, España e Italia.
Los padres sinodales y jóvenes que participan estos días en el Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, han participado en esta gran ceremonia de proclamación de los nuevos santos.
Cíngulo de Romero
Francisco ha llevado en la ceremonia el cíngulo del primer santo salvadoreño, Óscar Romero, y ha usado su cáliz para la consagración.
El Papa Francisco siempre ha sentido admiración por este mártir de El Salvador, a quien ha descrito como un pastor «cercano a los pobres y a su gente, con el corazón magnetizado por Jesús y sus hermanos» que dejó la seguridad del mundo, incluso su propia incolumidad, para entregar su vida según el Evangelio.
Pastoral de Pablo VI
También de Pablo VI ha llevado el Santo Padre dos atuendos personales en este celebración: el pastoral y el palio.
Del Papa Montini, Francisco ha dicho que testimonió «de una manera apasionada la belleza y la alegría de seguir totalmente a Jesús», en medio de dificultades e incomprensiones. Y ha recordado que hoy nos exhorta «a vivir nuestra vocación común: la vocación universal a la santidad. No a medias, sino a la santidad».
Asimismo, el Santo Padre Francisco, ha portado el pastoral y el palio de Pablo VI, el Papa Montini, con quien comparte un fuerte vínculo espiritual y teológico.
Reliquias
Al comenzar la ceremonia, el Papa Francisco se ha dirigido al pequeño altar con las reliquias de los nuevos santos junto a la imagen de la Virgen María para incensarlas.
Las reliquias son la camiseta que llevaba Pablo VI en el ataque en Manila, con las manchas de sangre de la herida; un fragmento de un hueso de Óscar Romero; los huesos de un pie de Francesco Spinelli; una vértebra de Vincenzo Romano; un fragmento óseo del dedo de la mano de Nunzio Sulprizio; huesos de la columna vertebral de Madre Maria Caterina Kasper; y un mechón de pelo de Madre Nazaria Ignacia March.
A continuación, el Cardenal Becciu se ha dirigido al Papa Francisco pidiendo la canonización de los 7 beatos, acompañado de los postuladores. El Prefecto de la Congregación para las Causas de los santos ha leído los nombres y una breve presentación de cada beato.
Milagros
Las personas que fueron curadas por los nuevos santos, cuyo milagro determinó la aprobación de la causa de canonización, han estado presentes hoy en la fiesta de canonización.
Entre ellos, la familia de Cecilia y Alejandro, de El Salvador, han estado presentes hoy en la Eucaristía. Ellos son quienes recibieron el milagro por intercesión del Beato Oscar A. Romero. Emiliano, el mayor de los tres hijos, lleva en sus manos un regalo para el Papa: un dibujo del rostro de Monseñor Romero conformado con las huellas de los dedos pulgares de los compañeros de Emiliano.
Por parte de la santa española María Nazaria Ignacia (considerada la primera santa de Bolivia, por haber vivido allí la mayor parte de su vida), ha estado presenta la misionera cruzada María Victoria Azuara, quien fue milagrosamente curada de un derrame cerebral por intercesión de Nazaria.
Al término de la Santa Misa, el Papa ha rezado el Angelus con los numerosos fieles llegado de todo el mundo en la plaza de San Pedro, y ha saludado a la Reina Sofía, emérita de España, así como a los Presidentes de Chile, El Salvador y Panamá, todos presentes en la ceremonia.