(Agencias/InfoCatólica) «La palabra que llevamos del Papa en el corazón es la de mantener la cercanía con los que más sufren (…) y activar nuestras diócesis para atender las necesidades», aseguró a la prensa Mons. José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), al término de la reunión.
El Papa conversó por casi dos horas con los obispos venezolanos que realizaron después de nueve años la tradicional visita «ad limina» al pontífice y al Vaticano.
En el encuentro Francisco los invitó también a «desprenderse de las propias categorías» y a trabajar «hacia el futuro», dijo.
Monseñor Azuaje, que en julio denunció la «perversa ideología» del gobierno socialista de Nicolás Maduro, que ha dejado a niños y ancianos desnutridos, generado la hiperinflación, y varias oleadas de personas obligadas a salir del país, evitó emplear esos términos ante la prensa en Roma.
«Hay un quiebre del alma del pueblo venezolano», aseguró el religioso al describir la crisis social y económica de su país.
«Podemos estar o no de acuerdo con el sistema político, lo importante para nosotros es salvaguardar la libertad del pueblo venezolano, promover su dignidad y defender los derechos humanos», reconoció Azuaje, arzobispo de Maracaibo.
En un tuit, la CEV resumió el tono de la visita: «Yo sé que ustedes están cercanos a su pueblo y yo les pido..no se cansen de esa cercanía…Y gracias por la resistencia. Papa Francisco a los obispos de Venezuela», escribió.
#VisitaAdLiminaCEV “Yo sé que ustedes están cercanos a su pueblo y yo les pido..no se cansen de esa cercanía...Y gracias por la resistencia. Papa Francisco a los obispos de Venezuela. pic.twitter.com/MJyZFYEYTt
— CEV (@CEVmedios) 11 de septiembre de 2018
El papa argentino les habló también de los principios básicos de su pontificado, más sensible a las cuestiones sociales y que quiere evitar ser identificado con un sector político específico.
«Que haya un desarrollo humano sostenible en el tiempo, en el que todos tengan cabida, que haya participación», fue el consejo del papa a los religiosos, aseguró Azuaje.
En varias ocasiones el papa Francisco ha intentado mediar sin éxito en la crisis de ese país y en abril pasado, durante la bendición con ocasión de la Semana Santa, deseó una salida «justa pacífica y humana» frente a la grave situación política y humanitaria.
«El papa nos animó a seguir trabajando sobre la emigración (…) a tocar el sufrimiento», dijo el obispo, al referirse al desplazamiento de millones de venezolanos y a la situación de desnutrición de cerca 250.000 niños, que corren el riesgo de morir de hambre, recalcó.
El obispo aclaró que la iglesia venezolana no está involucrada con la visita al pontífice el sábado en el Vaticano del presidente del opositor Parlamento de Venezuela, Omar Barboza quien vino a pedirle que intercediera por la liberación de los «presos políticos» y el «restablecimiento de la democracia» en el país petrolero.
«No tiene nada ver con nuestra presencia» en Roma, afirmó Azuaje.
En agosto pasado la iglesia venezolana denunció la represión, la espiral de violencia, el quiebre de la disidencia tras el atentado sufrido por Maduro y pidió el respeto de los privados de libertad.
Entre los participantes figuraban obispos de todas las regiones así como los cardenales Baltazar Porras y Jorge Urosa Savino.