(InfoCatólica) El cardenal Malcolm Ranjith, no obstante, dijo que hay mucho por hacer para acabar con la comisión de delitos desde la prisión, además de aplicar la pena capital a quienes los cometen.
«Apoyaremos la decisión del presidente Maithripala Sirisena de ejecutar a quienes organizan el crimen mientras están en prisión, pero también creemos que queda mucho por hacer. Sabemos que hay funcionarios de prisión que apoyan a los delincuentes para organizar el crimen mientras están presos y por lo tanto creemos que los líderes políticos del país deberían llevar a cabo investigaciones y penalizar a dichos funcionarios de prisiones».
Catecismo de la Iglesia católica
2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas.
Pero si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana.
Hoy, en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo «suceden muy [...] rara vez [...], si es que ya en realidad se dan algunos» (EV 56)