(InfoCatólica) En una reciente entrevista de parte del reconocido vaticanista Edward Pentin al filósofo austriáco Josef Seifert, abordaron el tema de las distintas «reinterpretaciones» de la Humanae Vitae y la viabilidad de las mismas.
Teniendo en cuenta la comisión vaticana y otros signos de posibles cambios en la encíclica de Pablo VI que habla sobre los métodos anticonceptivos artificiales, ¿qué tipo de cambios serían admisibles para usted y cuáles no?
Creo que sería bueno y aceptable explicar mejor lo que Humanae Vitae quiere decir cuando habla sobre la generosa apertura a la nueva vida y los serios razonamientos que justifican la planificación familiar o incluso la obligación de una planificación familiar natural.
Creo que si contemplamos el inmenso y en cierto modo inconmensurable valor de cada nueva persona, el valor de una persona única, que no se puede medir determinando el número de hijos que uno quiere tener, nos damos cuenta de que sólo razones extremas pueden justificar la planificación natural de la familia, evitando explícitamente las relaciones maritales en los días fértiles para no tener un hijo. Se ha convertido en una costumbre entre muchos católicos ortodoxos creer, que mientras que se practique la planificación familiar natural, está siempre bien limitar los embarazos, incluso por las razones más superficiales y egocéntricas.
La formulación del deber de la planificación familiar como se expresa en HV es a menudo mal interpretada. Ciertamente, no puede querer decir que los padres de familias numerosas del Camino Neocatecumenal o los padres de Santa Catalina de Siena, que fue, junto a su hermana gemela el número 26 de los hijos de esta familia, actuaron irresponsablemente. Dejar absolutamente en las manos de Dios el número de hijos que Él nos quiere dar, debería ser la actitud normal de los padres; y la planificación familiar sería la excepción justificada por razones muy serias que afectarían a bienes superiores o más urgentes que la vida de una nueva persona.
Otro «desarrollo de la doctrina» o de la explicación de dicha doctrina podría ser considerado. Creo que la «separación del sentido unitivo del de la procreación en el acto conyugal» no es la única razón que demuestra que la anticoncepción está mal, y las enseñanzas bimilenarias de la Iglesia contra ella se podrían explicar más profundamente si se desarrollan otras razones que expliquen su inmoralidad, tales como la separación del acto humano del acto divino de creación, o la dimensión anti-vida de la anticoncepción que priva al niño, por así decirlo, de su propia existencia y su vida inmortal, mientras que el aborto constituye un ataque contra su vida física.
Explicar las múltiples razones por las que la anticoncepción es mala es particularmente importante para valorar las decisiones magisteriales del Papa Pablo VI después de la publicación de la Humanae Vitae. Así, el Vaticano permitió a algunas monjas en el Congo usar la píldora anticonceptiva por si eran violadas, y muchos hoy usan esa decisión para decir que el mismo Pablo VI admitió que la anticoncepción no era intrínsecamente mala. Obviamente, si el único argumento contra la anticoncepción fuera la separación del significado procreativo del unitivo en el acto conyugal, las monjas podrían usar las píldoras anticonceptivas. Sin embargo, obviamente el acto sexual de un violador no tiene «sentido unitivo» en absoluto. Por el contrario, es un delito profundamente divisivo. Sin embargo, si hay otras razones morales de peso en contra de la anticoncepción, no está claro que esté permitida en caso de violación. Por ejemplo, el argumento anti-vida o el de que el hombre no debe cerrarse a un acto sexual potencialmente fructífero que conduzca a un acto de creación divina que también tendría lugar después de una violación podría hacer considerar la anticoncepción como mala. Por lo tanto, se requiere un desarrollo completo de las razones por la cual la anticoncepción es inmoral, más allá de las que encontramos en Humanae Vitae. Esto no significaría un cambio de las enseñanzas de dicha encíclica, ni mucho menos un cambio de la verdad eterna que proclama, sino un complemento de su argumentación sobre la verdad inviolable de la maldad intrínseca de la anticoncepción.
Además, por las razones citadas, la decisión del Vaticano de permitir que las hermanas tomaran la píldora anticonceptiva es claramente errónea. En primer lugar, el Vaticano habló como si la anticoncepción fuera una defensa contra la violación, lo cual es falso. ¿Es una defensa contra el bebé? Ciertamente, el niño no es el agresor.
Aparte de todo esto, permitir el uso de la píldora anticonceptiva es una decisión equivocada por otra razón: no les está permitido a las hermanas matar al bebé que han concebido. De los cuatro efectos principales de la píldora (citados en el prospecto) sólo dos son anticonceptivos (evitan la ovulación y bloquean el camino del esperma hacia el óvulo), los otros dos, sin embargo, no son anticonceptivos sino abortivos. Cuando la píldora crea un moco denso que no permite que el bebé concebido alcance el útero a través de las trompas de Falopio, esto es ciertamente un aborto y asesinar a un niño NUNCA está permitido. Lo mismo podemos decir del cuarto efecto de estas píldoras, una especie de endurecimiento que seca el endometrio, la pared del útero, haciéndolo así incapaz de recibir el óvulo fecundado.
Esto es equiparable a matar al bebé, es un asesinato, y eso nunca es permisible.
Los cambios que propone el padre Maurizio Chiodi, nuevo miembro de la Academia Pontifica para la Vida y de la comisión papal para reinterpretar la Humanae Vitae, y que se atribuyen a un nuevo paradigma papal, serían también inadmisibles y supondrían una ruptura radical con las enseñanzas católicas. En una conferencia sobre este tema, Chiodi: a) negó que la anticoncepción fuera un acto intrínsecamente malo, b) afirmó que por el contrario podría ser una obligación para las parejas, y c) que no existen actos intrínsecamente malos en absoluto. Cualquiera de estos cambios en la Humanae Vitae y en Veritatis Splendor significa un rotundo NO a las enseñanzas de la primera de estas dos encíclicas y a la perpetua verdad moral expresada en la segunda, y esto no se puede permitir. Si el Papa quisiese aceptar estos cambios, estaría aceptando un error moral total y una enorme herejía que rechaza la inmutable verdad moral de la ética natural (ley natural) y de la solemne y dogmática enseñanza de la Iglesia. Por lo tanto, cualquier católico debería rezar para que el Papa rechace este nuevo paradigma, que no es otra cosa que un viejo error ético y la misma destrucción de la enseñanza moral de la Iglesia.
Un punto de vista que se oye en aquellos que se inclinan por el cambio es que pocos católicos siguen las enseñanzas de la Iglesia en esta materia. ¿Es éste un argumento viable para reinterpretar el documento? Y si no, ¿por qué no lo sería?
Esto es obviamente un argumento absurdo y falso. ¿Dejan de ser malos el aborto o el asesinato porque millones de personas los cometen, incluso católicos? ¿Deja de ser el amor a Dios el más importante de los mandamientos y el amor al prójimo el segundo porque ya casi nadie los cumple? ¿Deja de ser malo mentir porque diariamente muchos mienten? Es evidente que las obligaciones morales y los mandamientos no se deben cambiar para adaptarse a aquellos que no los cumplen.
3. ¿Cuánto le preocupa el hecho de que este aniversario se use para reinterpretar el documento (a pesar de la insistencia en que no se hará)?
Estoy muy preocupado. Muchos comentarios sobre los planes del Papa (como los de Chiodi) y otros que ha hecho el mismo Papa nos hacen temer lo peor. Sin embargo, tenemos que confiar en que Dios nunca va a permitir que la Iglesia niegue las verdades eternas. El Espíritu Santo previno que el Papa Pablo VI aceptara el informe de la mayoría, hacia el que él, en un principio, parecía también inclinado. Él puede prevenir que Francisco cometa este error. Es más, el Papa Francisco ha formulado en Gaudete et Exsultate condenas de los actos intrínsecamente malos que evidentemente nunca están permitidos bajo ninguna circunstancia. Así, debemos esperar que, aplicando la lógica a sus propias palabras, el Papa rechace el «nuevo paradigma» que Chiodi le atribuye.
Además, ser católico es mucho más que ser papólatra. Ha habido Papas herejes, los ha habido que han sido borrados de los registros de los Papas válidos, incluso ha habido santos que se han adherido a falsos Papas, otros han orado en el Canon de la misa por el Papa arrepentido, quienquiera que sea, pero la verdad de la Humanae Vitae nunca cambiará.
Traducción de Ana María Rodríguez.