(ACN) Según ha declarado el P. Mathieu Bondobo, el sacerdote Gbagoua murió a causa de un disparo que recibió en el abdomen. También expresó su dolor por este asesinato y señaló que «nadie está protegido en este país pero la Iglesia no se callará». Y agregó: «estos criminales que siguen matando, no sabemos dónde se encuentran», continuó; y pidió que las autoridades «hagan su trabajo».
Los obispos de República Centroafricana ya se han pronunciado sobre esta situación de inseguridad y violencia. La más reciente fue el 24 de junio con una declaración en la que hicieron constar su «sorpresa la llegada de nuevos mercenarios que hacen más difícil la resolución de la crisis».
Aciprensa cita otras declaraciones de los obispos centroafricanos. «Recordamos al gobierno, a la comunidad internacional y a los grupos armados que las autoridades del Estado no son negociables y que no puede ser objeto de ningún tipo de negociación».
Desde hace 5 años la República Centroafricana sufre muchos ataques debido al proceso de transición y los enfrentamientos entre los Seleka y los antibalaka. Como consecuencia cerca de un millón de personas se encuentran desplazadas.