(Actuall) Los restos del padre Berno fueron incinerados junto con los de otros 41 salesianos y enterrados a los pies de la imagen de María Auxiliadora en la parroquia San Juan Bosco de Altamira. «Hemos tenido cosas tan terribles como encontrar niños sacrificados en una bolsa», explica un sacerdote.
Las profanaciones de tumbas en Venezuela han llevado a la congregación de los salesianos a tomar la decisión de incinerar los restos de decenas de sus miembros fallecidos.
Según informó la agencia de noticias salesianas (ANS), recientemente murió el padre José Berno Giacomazzi, el salesiano más anciano de la congregación con 107 años de edad. Sin embargo, la profanación de cementerios, alentada por la inseguridad que existe en el país, obligó a que sus restos fueran incinerados.
Esto se debe a que en los últimos meses, el panteón de los salesianos en el Cementerio General del Sur en Caracas fue profanado dos veces. Las tumbas fueron abiertas y saqueadas.
«Fueron 41 tumbas de salesianos que fueron profanadas. No se sabe el motivo, si es por simples robos o por otros motivos religiosos, lo cierto es que se pidió a las autoridades cuidado de los cementerios, pero no hubo respuestas», señaló el consejero regional para Interamérica de los salesianos, el padre Timothy Ploch.
«Se han recolectado todos los huesos, se ha realizado la identificación de cada salesiano y fueron cremados. Y en una gran ceremonia religiosa fueron depositados en la parroquia Don Bosco», indicó.
Los restos del padre Berno fueron incinerados junto con los de otros 41 salesianos y enterrados a los pies de la imagen de María Auxiliadora en la parroquia San Juan Bosco de Altamira. «¡Ahora sí, podrán descansar en paz!», señaló ANS.
En una entrevista concedida a ACI Prensa, el capellán del Cementerio General del Sur, el padre Germán Machado, indicó que los cráneos y fémures de las tumbas son extraídos por los miembros de la «religión del palo», una mezcla entre la santería y el espiritismo.
«Es una suerte de pacto con la persona fallecida, para que esa persona actúe de forma sobrenatural de acuerdo a lo que ellos le piden y a lo que le van dando como ofrenda», indicó.
También hay gente que roba objetos de valor que pertenecieron a los difuntos, como joyas. Incluso, otros venden huesos. El padre Machado comentó que un cráneo puede costar 100 dólares, una buena cantidad de dinero en medio de la crisis.
Además, «los ritos satánicos han ido aumentando».
«Hemos tenido cosas tan terribles como encontrar niños sacrificados que los han dejado en el cementerio en una bolsa plástica. Por lo menos un par de casos de niños que han fallecido en estos ritos y obviamente todos los signos son de rituales», lamentó el P. Machado.