(InfoCatólica) El teniente-coronel Arnaud Beltrame estaba a punto de contraer matrimonio. La familia del heroico gendarme, su futura esposa y sus seres queridos llamaron al sacerdote que acompañaba a los novios en el camino de preparación al matrimonio, para que le diera los últimos sacramentos en el hospital de Carcassonne.
La sotana no ralentizó las grandes zancadas del sacerdote. El viernes 23 de marzo la noche había caído dos horas antes cuando el padre Jean-Baptiste llegó a la carrera al moderno hall del hospital de Carcassonne, como si tuviera miedo de que fuera demasiado tarde. El religioso, de una altura de casi dos metros, pidió ver a Arnaud Beltrame, el teniente-coronel de 44 años de quien el «coraje» y el «heroísmo» habían sido unánimemente alabados por la clase política y las redes sociales al haberse ofrecido en lugar de uno de los secuestrados del supermercado de Trèbes. Alcanzado por varios tiros del terrorista Radouane lakdim, el militar murió unas horas después, el sábado por la mañana.
Hace semanas que el sacerdote preparaba la unión religiosa de Arnaud y Marielle, casados civilmente. La pareja y el hombre de Iglesia habían dedicado «una treintena de horas» a la preparación del acontecimiento, previsto para principios de junio. «Rezo para que este matrimonio pueda celebrarse – confesaba el padre Jean-Baptiste después de haber pasado una hora en el servicio de reanimación junto al militar y su prometida- Le he dado el sacramento del matrimonio y el de los enfermos»
El gendarme y el sacerdote se habían conocido en el verano de 2016, durante una visita guiada de la pareja a una abadía. En aquel momento Bertrame trabajaba en París, en el Ministerio de Ecología, después de haber dirigido la gendarmería de Avranches entre 2010 y 2014. Viajaba a menudo al suroeste francés, donde se reunía con Marielle, veterinario en la reserva africana de Sigean, junto a Narbonne. «Hicimos amistad, era un hombre muy inteligente y valiente, y la relación fue enseguida muy buena, añade la padre Jean-Baptiste. Era un hombre que había recobrado la fe.»
El padre Dominique Arz, limosnero nacional de la gendarmeria, reaccionó ante la muerte del teniente-coronel Beltrame, asesinado el 23 de marzo en el ataque terrorista que tuvo lugar en un supermercado cerca de Carcassonne, tras haberse ofrecido para sustituir a otros secuestrados.
- ¿Qué ejemplo dio el teniente-coronel tomando el lugar de un secuestrado?
- Es un bello ejemplo de servicio a la patria. En primer lugar por su propia vida y la excelencia de su servicio como oficial. Un servicio que llegó hasta el sacrificio máximo, es decir, hasta dar su vida para salvar. El oficio de los gendarmes no es solamente hacer respetar la ley por el bien común de todos. También es el dar su vida por este servicio. Este ejemplo que sirve para los gendarmes vale también para todos los franceses.
- ¿Cómo interpretar este sacrificio desde una perspectiva cristiana?
- Sucede que el teniente-coronel era católico practicante. No solo no ocultaba su fe, ésta brillaba, él daba testimonio de ella. Podría decirse que su acto de ofrenda está en coherencia con lo que el creía. Llegó hasta el límite en su servicio por la patria y también en su testimonio de fe. Creer no es solo adherirse a una doctrina. Es en primer lugar amar a Dios y al prójimo, y dar testimonio concreto de la fe en la vida diaria. En todas las circunstancias, felices o infelices, incluso dramáticas de nuestra vida.