(La Gaceta/InfoCatólica) «Nosotros somos de los que piensan que la última esperanza de Europa es el cristianismo», aseguró Orban en su primer mitin de precampaña para los comicios del próximo 8 de abril.
Orbán vaticinó que hasta 2020 unos 60 millones de inmigrantes intentarán entrar en Europa, y añadió que en los países occidentales hay una creciente población islámica.
«Si esto sigue así, el islám pronto será mayoría y Occidente se hundirá», afirmó ante sus simpatizantes en el Bazar de los Jardines del Castillo, mientras que en las afueras se manifestaban centenares de personas en su contra.
Orbán reiteró que hay una diferencia entre el centro de Europa y «Occidente», que describió como «países de inmigración, donde la islamización avanza», «una mala noticia» para los países de Europa Central, ya que «ahora el peligro viene también de Occidente».
«Nosotros somos solidarios con los que quieren defender sus patrias y no con aquellos que quieren un poscristianismo», afirmó el jefe del Gobierno húngaro.
«Estamos esperando las elecciones italianas, donde (el ex primer ministro) Silvio Berlusconi puede de nuevo ocupar los cargos gubernamentales.
«¡Forza Italia!», exclamó Orban, en alusión al nombre del partido que lidera Berlusconi y recordando que las fuerzas de derecha ya han avanzado en los recientes comicios celebrados en Austria y Croacia.
Como es habitual en él, Orbán arremetió contra el magnate George Soros, estadounidense de origen húngaro, al que considera su enemigo político número uno, ya que aboga por las sociedades abiertas, en clara oposición al mandatario magiar.
«La red de Soros y sus burócratas aún no ha renunciado» a traer a Europa millones de refugiados, aseguró Orban, quien prometió aplicar «armas legales cada vez más potentes» en alusión a un paquete legislativo presentado por su partido, Fidesz.
Además, el Parlamento húngaro prevé debatir mañana una serie de proyectos de ley con las que el Gabinete quiere controlar el funcionamiento de las ONGs críticas con sus políticas.
Estas leyes, criticadas dentro y fuera del país, prevén nuevos impuestos para las ONGs que apoyan la inmigración y amenazan con expulsar a extranjeros que trabajen en esas organizaciones.
Orbán adelantó que mañana entregará a la presidencia búlgara de la UE un proyecto de ley para «resolver la defensa de las fronteras europeas», sin dar más detalles.
«Si cerramos las fronteras, nadie entrará y no habrá que reubicar a nadie», afirmó.
El 8 de abril se celebran elecciones generales en Hungría, y los sondeos prevén que el partido de Orbán gane por tercera vez consecutiva, con un apoyo del 40 por ciento, seguido por la extrema derecha (un 20 por ciento) y los socialistas (un 15 por ciento).