(VI/InfoCatólica) Beltramo explica que Mons. Sorondo visitó Beijing (Pekín) por primera vez hace unos meses y regresó a Roma entusiasmado. Estas son algunas de las frases del arzobispo argentino al ser entrevistado por el periodista para Vatican Insider:
«Ellos (los chinos) buscan el bien común, subordinan las cosas al bien general. Me lo aseguró Stefano Zamagni, un economista tradicional, muy considerado en todas las épocas, por todos los Papas»,
«Encontré una China extraordinaria; lo que la gente no sabe es que el principio central chino es trabajo, trabajo, trabajo. No hay de otra, en el fondo es como decía San Pablo: el que no trabaje, que no coma. No tenés villas miserias, no tenés droga, los jóvenes no tienen droga. Hay como una conciencia nacional positiva, ellos quieren demostrar que han cambiado, ya aceptan la propiedad privada»
Mons. Sorondo destacó numerosos puntos de coincidencia entre la Santa Sede y Beijing, que «está defendido la dignidad de la persona» siguiendo, más que otros países, la encíclica de Francisco «Laudato Si» sobre el cuidado de la casa común, colocándose entre los defensores más activos del acuerdo Cop21 (la conferencia de las Naciones Unidas para limitar la emisión de gases que provocan el calentamiento global). «En eso está asumiendo un liderazgo moral que otros han dejado»:
«La economía no domina a la política, como ocurre en Estados Unidos, dicho por los mismos estadounidenses. ¿Cómo es posible que las multinacionales del petróleo manejen a (Donald) Trump? Cuando, sabemos, que eso está haciendo mal a la tierra. Según la encíclica y según lo que dicen los científicos. El pensamiento liberal ha liquidado el concepto de bien común, no quieren ni siquiera tomarlo en cuenta, afirma que es una idea vacía, sin ningún interés. En cambio los chinos no, proponen trabajo y bien común».
El prelado destacó que también en el campo de la donación de órganos China «ha crecido enormemente», dejando atrás la extracción forzada (que reconoció y abolió como práctica en 2005) y poniendo en marcha un sistema «muy interesante» que vincula digitalmente a los donantes con los receptores en todo el país. Aseguró que se trata del «mejor método» que ha visto porque considera a los donantes como héroes e incluso tienen reservados para ellos cementerios especiales.
Mons Sánchez Sorondo está seguro que «el Papa ama al pueblo chino» y «ama su historia». Y destacó que los habitantes de ese país, en este momento, «tienen una calidad moral que no se encuentra en muchos lados».
Además, insistió en subrayar:
«La impresión es que China está evolucionando muy bien. Me preguntaron cómo eran las relaciones entre China y el Vaticano, respondí que en este momento no existe ninguna formalmente porque no tenemos embajadores ni nuncios, pero en este momento existen muchos puntos de encuentro. El mundo es dinámico y evoluciona. No se puede pensar que la China de hoy es la China que tenía Juan Pablo II o la Rusia de la guerra fría».