(LifeSiteNews/InfoCatólica) Una mujer mentalmente enferma de 29 años fue asesinada por inyección letal voluntaria en los Países Bajos la semana pasada después de, lamentablemente, manipular al público en general para celebrar su voluntad de morir.
Aurelia Brouwers quería morir, y se aseguró de que la gente lo supiera. Ella hizo esto no solo a través de los medios convencionales, sino a través de las redes sociales, como Facebook e Instagram.
Aurelia hizo algo horrible y disfrutó haciéndolo
No solo ha terminado su propia vida, sino que se ha presentado como una heroína para la Cultura de la Muerte, esperando inspirar los asesinatos sancionados por el estado de otras personas infelices empeñadas en la autodestrucción.
Aunque dejó en claro a los periodistas y admiradores que se odiaba a sí misma y a su vida, Aurelia, sin embargo, tenía una «lista de deseos» de golosinas que esperaba experimentar antes de su fallecimiento. De hecho, celebridades holandesas vinieron a verla y a fotografiarse con ella en los días previos a su ejecución el 26 de enero.
La excusa para sus acciones en realidad es la razón por la que no debería habérsele concedido su deseo de morir: estaba profundamente y terriblemente enferma mentalmente. No debería haber sido asesinada simplemente porque lo deseaba. Más allá de cualquier argumento religioso en contra de la eutanasia por el momento, lo cierto es que no era capaz de tomar una «decisión racional y libre» que la eutanasia defiende como un requisito previo necesario para el acto.
Aurelia publicó en las redes sociales muchas fotografías de ella y artículos que describen su «lucha» por la eutanasia. Ella destacó su enfermedad mental en numerosas ocasiones.
A pesar de su énfasis en estar mentalmente enferma, muchos de sus seguidores la elogiaron por su «coraje». Apoyaban su deseo de morir.
Le desearon a la mujer profundamente enferma «un viaje fantástico» y un «regreso mucho más agradable». Le aseguraron que sería feliz con los brazos de su difunta madre, sin darse cuenta de que Aurelia no había encontrado la felicidad en los brazos de su madre cuando ella todavía estaba viva.
La llamaron héroe y una inspiración para los demás. Aunque estaban dispuestos a reforzar la creencia de Aurelia de que su suicidio era su boleto al cielo cristiano, evitaron mencionar que la mayoría de los cristianos en la historia han creído que el suicidio es un obstáculo eterno para la felicidad.