(InfoCatólica) Los temas estrella de la visita del Papa Francisco a Chile han sido muchos –abusos sexuales, respeto a los pueblos originarios, la paz y la unidad, la no violencia o el cuidado de los imigrantes–. En comparación, el aborto no ha sido lo más tratado, a pesar de haberse legalizado recientemente en el país, pero ha estado presente en varias ocasiones.
En el primer discurso en el Palacio presidencial de la Moneda, el Pontífice dijo: “El alma de la chilenía es vocación a ser, esa terca voluntad de existir. Vocación a la que todos están convocados y en la que nadie puede sentirse excluido o prescindible. Vocación que reclama una opción radical por la vida, especialmente en todas las formas en la que ésta se vea amenazada”. En el contexto de las claras condenas del aborto realizadas anteriormente por el Papa y de la ley del aborto aprobada en el país, es evidente que se refería a esto también.
Después, en la Universidad Católica, el Rector de la Universidad agradeció la presencia del Santo Padre y, en el discurso de bienvenida, destacó la importancia de la institución por su “compromiso y apoyo en el cuidado de la vida desde la fecundación y hasta la muerte natural”. Al tomar la palabra, el Papa Francisco respondió al discurso del Rector, diciendo “le agradezco el bien que hace con su sapiencialidad en el gobierno de la universidad y en defender con coraje la identidad de la Universidad Católica”, palabras que se entendieron como un respaldo a la firme defensa de la vida que ha sostenido la Universidad Católica con su Rector al frente.
El gesto más claro en defensa de la vida y en rechazo de la práctica abominable del aborto, sin embargo, apenas ha sido resaltado por los medios de comunicación. El 17 de enero, durante su visita al sur del país, el Papa Francisco bendijo en el aeródromo de Temuco la imagen de “Nuestra Señora del Niño por nacer”.
Esta figura de bronce, que representa a la Virgen María en estado de gestación, fue realizada por la escultora española Elena Pilar. Se envió a Chile, a la diócesis de Villarrica, el 10 de octubre de 2015, cuando estaba ya en marcha el debate sobre la ley del aborto, que finalmente fue aprobada el año pasado. En aquel momento, quiso ser un grito en favor de la vida como don de Dios, recordando que también hubo un tiempo en que el mismo Hijo de Dios habitó en el seno de su Madre.
Desde entonces, la imagen es venerada frente al Obispado de Villarrica y son muchos los fieles que acuden a ella para rezar. Incluso la Conferencia Episcopal de Bolivia le pidió a la escultora una copia de la estatua para los actos por la vida que se celebran en el país andino y recibió, después de algunas dificultades, una imagen similar pero más pequeña, fabricada en resina.
El gesto del Santo Padre al bendecir la estatua de Nuestra Señora del Niño por Nacer ha pasado inadvertido para muchos. No obstante, es una clara muestra de la firme posición que la Iglesia debe mantener ante el crimen del aborto y un ruego para que la Virgen proteja a todos los niños no nacidos.