(ICM/InfoCatólica) También sirvió como punto final de la 39° Jornada Nacional de Juventud. Fue el broche de oro de tres días dedicados a la Patrona del Uruguay, la Virgen de los Treinta y Tres.
Estrella del alba
La preparación comenzó bien temprano. Antes de las 9 de la mañana ya estaba llegando gente a la rambla del Buceo, donde estaba ubicado el escenario que también cobijaba el altar. Los fieles, llegados de todo el país, arribaban en auto, en ómnibus, en bicicleta o simplemente a pie. Se notaba especialmente la participación de familias con niños pequeños y los jóvenes que estaban viviendo desde el sábado su Jornada.
Sobre las 10 de la mañana, hora del comienzo del Rosario, ya era una multitud la que buscaba un lugar en la Aduana de Oribe. Muchos llevaban sus propias sillas, que se sumaban a las de la organización, otros, sobre todo familias y comunidades, se sentaban en grupo. Otra imagen que le dio mucho colorido a la ceremonia fueron las banderas de movimientos, asociaciones, parroquias y colegios presentes.
El purpurado quiso resaltar como don de la Providencia la llegada de las reliquias de los apóstoles san Felipe y Santiago. Agradeció la presencia del párroco de la Basílica de los Doce Apóstoles en Roma, Fray Agnello Stoia Ofm.Conv., quien propició la llegada de dichas reliquias. Resaltó además la particularidad de la fe católica, una «fe apostólica», transmitida a través de las generaciones.
El Arzobispo mencionó que además de apostólica «nuestra Iglesia es mariana», porque «la Iglesia, como María, es la que recibe el Espíritu Santo, que es el que engendra a Jesús en toda la Iglesia». «Somos Iglesia mariana también porque más que lo que hacemos, está lo que recibimos, más que ser apóstoles, está el don que recibimos desde el día de nuestro bautismo, en el que somos consagrados por Dios como sus hijos».
Sobre el final de la homilía el cardenal llamó a imitar a María en este seguimiento a Jesús. «Uruguay necesita a Cristo, necesita a gritos a Cristo» enfatizó.
Una fiesta de la Iglesia
Ya avanzada la Misa, los presentes fueron invitados a ver y escuchar un mensaje que el Papa Francisco grabó para todos los uruguayos con motivo del II Congreso Mariano (ver nota). Después de este video, el cardenal llamó a la Iglesia de Montevideo a consagrarse a María. Se leyó, a dos voces, por parte de los fieles la oración de Consagración en un clima de especial recogimiento. Así culminaban 3 días de Encuentro con María, y un mes de preparación de toda la Iglesia de Montevideo, llamada a servir y estar atenta a Dios.
Luego de concluido el II Congreso Mariano, los jóvenes cerraron la 39° Jornada Nacional de la Juventud, con una movida de música y color, como cierre a dos días de alegría, servicio y oración.