(Aica) «Me siento feliz de estar con ustedes, padres y jefes de las Iglesias Católicas Orientales –comenzó diciendo el Santo Padre– para compartir las alegrías y los dolores de los fieles confiados a sus cuidados pastorales».
El pontífice señaló que «la preocupación por todas las Iglesias se manifiesta también a través de la comunión jerárquica con el Obispo de Roma, sucesor de San Pedro» y subrayó que «ser Obispo de Roma es el fundamento del ministerio petrino, un servicio fundamentado en la caridad».
«Estoy convencido que debe ser impulsado y valorado en la Iglesia el nexo que une la colegialidad y el primado petrino, para ejercer un ‘primado diaconal’, el de Servus Servorum Dei».
El Santo Padre explicó por último, que «entre las tareas del Sucesor de Pedro, así como sucedió para la elección del apóstol Matías, está la de asegurar buenos obispos a las Iglesias particulares dispersas por todo el mundo», al respecto pidió a los patriarcas y arzobispos mayores «que colaboren en este servicio tan importante servicio para encontrar hombres aptos a ese ministerio».
Después de estas palabras el pontífice cedió la palabra a los líderes de las Iglesias Orientales, participantes del encuentro, para que le formulen preguntas al Santo Padre, a lo que el papa Francisco aseguró «intentaré responder».