(InfoCatólica) El prelado se pregunta:
¿Cuántos demonios poseyeron a la Argentina en la sangrienta década del 70 del siglo pasado? Aquellos fantasmas nos siguen obsesionando y dividiendo.
E indica:
Sin justificar lo injustificable, es posible afirmar, según las declaraciones de ambas partes, que existió una cierta simetría, aunque variable a través de las peripecias de los enfrentamientos.
El arzobispo señala los excesos de las dos partes, y advierte que la Iglesia no actuó bien:
Conviene recordar que los Montoneros surgieron del seno de la Iglesia: nacionalismo católico, Acción Católica, Pastoral Universitaria, con el aliento de los Sacerdotes para el Tercer Mundo y el horizonte ideológico de la teología de la liberación, el presunto mensaje de Medellín y un supuesto «espíritu del Concilio». En el otro frente, la policía y las Fuerzas Armadas contaban con los respectivos capellanes, que podían haber alertado a sus autores, con riesgo, por cierto, acerca de las atrocidades que estaban cometiendo.
Es por ello que afirma:
No hubo un solo demonio suelto en aquellos años. Tampoco, en mi opinión, fueron solamente dos. Fueron Legión.
Y lamenta que 40 años después, continúe la espiral del enfrentamiento que no busca la reconciliación nacional:
Sin juzgar las intenciones, estimo que quienes militan contra la teoría de los dos demonios no quieren la reconciliación nacional; están abroquelados en el resentimiento y el rencor. Se alborozan porque 40 años después de aquellos sucesos la Justicia envía a la cárcel a antiguos oficiales jóvenes apelando al discutible concepto de «lesa humanidad».
Y sentencia:
No hay futuro para la sociedad argentina sin perdón recíproco, sin olvido, que es lo contrario de la venganza camuflada como memoria... El perdón, como realidad superior a la justicia, es el exorcismo que puede liberarnos de la sombra de la Legión.