(Zenit) La FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations), es el ente de las Naciones Unidas que se ocupa principalmente del desarrollo agrícola, seguridad alimentaria, y la consecuente lucha a la pobreza. La Asamblea general durará hasta el próximo sábado 8 de julio.
El Pontífice les indica que «no pudiendo estar esta vez con ustedes», ha pedido al secretario de Estado Pietro Parolin «para que lleve mi palabra», ya que «la Santa Sede sigue con mucha atención la actividad internacional y quiere cooperar a orientarla para favorecer no un simple progreso u objetivos teóricos de desarrollo, sino una real erradicación del hambre y de la malnutrición», y con la capacidad de intervenir cuando un país no esté en grado «de ofrecer respuestas adecuadas porque no lo permita su grado de desarrollo, sus condiciones de pobreza, los cambios climáticos o las situaciones de inseguridad»
En el mensaje leído por el cardenal Parolin, el Papa reconoce que «una mirada a la situación actual del mundo no nos ofrece imágenes consoladoras» y que es una «compleja condición de subdesarrollo, causada por la inercia de muchos o por el egoísmo de unos pocos». Y precisa: «Las guerras, el terrorismo, los desplazamientos forzados de personas que cada vez más impiden o, al menos, condicionan fuertemente incluso las actividades de cooperación, no son fruto de la fatalidad, sino más bien consecuencia de decisiones concretas». Sin olvidar a las personas «obligadas a dejar sus tierras buscando refugio y esperanza de vida».
El Papa señala que «animado también por el deseo de alentar a los Gobiernos, quisiera unirme con una contribución simbólica al programa de la FAO para proveer de semillas a las familias rurales que viven en áreas donde se han juntado los efectos de los conflictos y de la sequía».
Lo que se suma «al trabajo que la Iglesia viene realizando, según su vocación de estar de parte de los pobres de la tierra»
«Este compromiso –señala el Papa– nos lo pide hoy la Agenda para el Desarrollo 2030, cuando reitera el concepto de seguridad alimentaria como objetivo impostergable. Pero solo un esfuerzo de auténtica solidaridad será capaz de eliminar el número de personas malnutridas y privadas de lo necesario para vivir».
El Santo Padre reconoce que «es un desafío muy grande para la FAO y para todas las Instituciones de la Comunidad internacional. Un reto en el que también la Iglesia se siente comprometida en primera línea». Y desea por lo tanto «un nuevo impulso a la actividad de la Organización».
El mensaje concluye: «Que la bendición de Dios todopoderoso, rico en misericordia, descienda sobre ustedes y sus trabajos y les dé la fuerza necesaria para contribuir a un auténtico progreso de la familia humana».
El cardenal Parolín, después de leer el mensaje anunció oficialmente que el próximo 16 de octubre, con motivo de la Jornada Mundial de la Alimentación, que propone este año reflexionar sobre el tema «Cambiar el futuro de la migración», «el Papa Francisco vendrá aquí a la FAO», acogiendo la invitación que le ha dirigido el Director General, Prof. José Graziano da Silva.