(Actuall) «El Ministerio de Relaciones Exteriores, en nombre del Gobierno de Colombia, recibe con esperanza las pruebas de supervivencia de la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez Argoty, reveladas en las últimas horas, y quien fue secuestrada en la aldea de Karangasso, Malí», explica el Ministerio en un comunicado.
La confirmación de que Narváez se encuentra con vida «nos anima a seguir trabajando por su pronta liberación». «Sin embargo, reiteramos nuestro enérgico rechazo y contundente condena a quienes la mantienen privada de su libertad», añade.
Así, Colombia exige a los captores la «inmediata liberación de la religiosa» y pide a la comunidad internacional y a la ONU «que brinden todo el apoyo y la cooperación necesaria para lograr, de forma segura, el regreso a la libertad de la colombiana».
Narváez aparece en un vídeo junto a otros cinco secuestrados, originarios de Sudáfrica, Francia, Australia, Rumanía y Suiza. La autenticidad de la grabación no ha podido ser verificada y se desconocen tanto el lugar como el momento en el que se grabó el vídeo, pero el Ministerio de Asuntos Exteriores rumano ha informado de que el rumano secuestrado, Iulian Ghergut, desapareció tras ser apresado en una mina de Burkina Faso en abril de 2015.
El Ministerio de Asuntos Exteriores francés no ha querido hacer comentarios y el Gobierno suizo ha señalado que está al tanto de la grabación y ha pedido la liberación de su conciudadano, según informa Europa Press.
La publicación del vídeo coincide con la inauguración de la cumbre del G-5 Sahel en Bamako con la participación de los líderes de Malí, Burkina Faso, Mauritania, Níger y Chad y la presencia del presidente francés, Emmanuel Macron.
Los dirigentes del G-5 Sahel negocian la creación de una fuerza multinacional para combatir conjuntamente a los grupos islamistas y cualquier actividad ilegal en esta vasta región desértica.
En 2012 varios grupos yihadistas se hicieron con el control del norte de Malí. Una intervención militar francesa permitió expulsar a los milicianos de las ciudades, pero siguen produciéndose atentados esporádicos principalmente dirigidos contra los militares de los países africanos y los ‘cascos azules’.
La violencia se ha extendido además a países vecinos de la zona y París ha enviado a más de 4.500 de militares para ayudar en la denominada como ‘Operación Barkhane’.