(ZENIT) El Papa Francisco felicitó a su Beatitud Youssef Absi, elegido este miércoles 21 de junio por el Sínodo reunido en el Líbano, como nuevo patriarca de la Iglesia greco-melquita, concediéndole la Ecclesiastica Communio, según el can. 76 § 2 del Código de los cánones de las Iglesias orientales.
«Como sucesor de Pedro llamado por Jesús para conservar en la unidad su única Iglesia, le imparto con gran alegría la Comunión eclesiástica solicitada, de conformidad con el Código de los cánones de las Iglesias orientales», escribió en el mensaje.
El Sínodo de los Obispos de la Iglesia Greco-melquita eligió como nuevo patriarca de Antioquía de los Greco-melquitas, a Mons. Joseph Absi, de la Sociedad de los Misioneros de San Pablo, hasta entonces Arzobispo titular de Tarso de los Greco-melquitas, en la Curia Patriarcal de Damasco. Su Beatitud asumió el nombre de Youseff Absi. Que sustituyó a Gregorio II Laham, que presentó su dimisión en mayo.
Después de ser elegido, en señal de comunión y obediencia, el nuevo Patriarca envía al Sumo Pontífice un mensaje, donde pide que le sea concedida a Ecclesiastica Communio.
«La elección de Su Beatitud -dice Francisco en su mensaje- se produce en una situación delicada para la venerable Iglesia greco-melquita y en un momento en que muchas comunidades cristianas en el Oriente Medio son llamadas a testimoniar de una manera especial su fe en Cristo muerto Y resucitado».
«En este momento particularmente difícil los pastores están llamados a expresar la comunión, unidad, cercanía, solidaridad y transparencia para el pueblo de Dios que sufre». Y aseguró al recién elegido sus oraciones, para que «Cristo, el Buen Pastor, lo sostenga en el cumplimiento de la misión que os es encomendada y para el servicio que se le pide».
El Santo Padre manifestó la certeza de que el nuevo patriarca, «en armonía fraterna con todos los Padres sinodales, será, con toda sabiduría evangélica, no sólo “Pater y Caput” al servicio de los fieles de la Iglesia Greco-melquita, sino también un testigo Fiel y auténtico del Resucitado».
«Confiando a la materna protección de la Santísima Madre de Dios -concluye el mensaje- les imparto mi bendición apostólica, que hago extensiva a los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas ya todos los fieles de la Iglesia greco-melquita».