(AsiaNews/InfoCatólica) Mons. Pietro Shao Zhumin, obispo de Wenzhou, regresó hace dos días a la diócesis. Estuvo bajo custodia policial desde el pasado 18 de mayo y se le llevó a un lugar secreto durante 27 días. Su desaparición había ocurrido después de que el prelado fue llamado para una «conversación» con la Oficina de Asuntos Religiosos de la ciudad.
No se puede decir que está «libre» porque ha vuelto a Wenzhou bajo la escolta de policías de seguridad pública. Mons. Shao está bajo control porque pertenece a la comunidad de la Iglesia Católica clandestina fiel a la Santa Sede, cuyas acciones (misas, reuniones, catequesis en lugares que no estén registrados por el gobierno) se definen como «criminales».
A pesar de ser un miembro de la comunidad no oficial, Mons. Shao es obispo de Wenzhou y reconocido como tal por la Santa Sede, un hecho que el Ministerio de Asuntos Religiosos no acepta.
Participación forzada en un «seminario religioso»
De acuerdo con algunos miembros de Wenzhou, en estos 27 días de desaparición forzada, Mons. Shao participó en un «seminario religioso» que tenía dos propósitos. El primero fue que inmediatamente pidió al Vaticano designar a un obispo coadjutor de la comunidad oficial, inscrito en la Asociación Patriótica (AP). Los fieles explican que aunque el AP afirma el método de la «autonomía» y la «auto-ordenación», la aprobación de la Santa Sede es necesaria para que el nuevo obispo sea aceptado por los fieles.
El segundo motivo del «seminario religioso» era convencer a Mons. Shao a unirse a la AP y participar en el Consejo de Obispos. El objetivo de la AP es construir una Iglesia china independiente de la Santa Sede y el Consejo de Obispos reúne a todos los obispos oficiales, incluso los no designado por el Vaticano y en una posición de excomunión, además de carecer de obispos no oficiales. Una Carta de Benedicto XVI a los católicos chinos - a menudo recordada por el Papa Francisco - dice que los principios que sustentan las dos organizaciones son «incompatibles con la doctrina católica».
Mons. Shao fue raptado también por la policía en abril, pocos días antes de la Pascua.
Divisiones entre católicos en China
La diócesis de Wenzhou tiene una historia de fuerte división entre las comunidades cristianas oficiales y clandestinas. Se estima que existen alrededor de 120 mil fieles y más de 80 mil en la no oficial; los sacerdotes se distribuyen por igual entre las dos ramas y son aproximadamente alrededor de 50. En los últimos años, la Santa Sede ha querido conciliar las comunidades mediante el nombramiento de mons. Zhu Weifang (ora defunto) como obispo ordinario y a Mons. Shao como obispo con derecho a sucesión. Pero, de acuerdo con los fieles, que, aunque aman y respetan a Mons. Shao, «el gobierno local hace de todo para mantenernos divididos».
Estrecha vigilancia de las comunidades religiosas
Otro elemento de represión del gobierno chino en clara violación de la libertad religiosa de los católicos y protestantes es el corte de agua y luz de algunas iglesias domésticas de Wenzhou, en la provincia de Zheijiang. El objetivo de los funcionarios es obligar a las iglesias a obedecer los pedidos del gobierno de colocar en su interior las cámaras de vigilancia.
La orden se conoció a fines del año pasado y puesta en marcha por primera vez en enero. A inicios de abril los cristianos de Wenzhou habían protestado justamente contra los funcionarios del gobierno que habían intervenido en instalar las tele-cámaras.
La iglesia Tuanqian de Rui´an, en la prefectura de Wenzhou, era la última a no haber instalado el sistema de vigilancia. También ésta está próxima a «renunciar a resistir» a causa de las «excesivas presiones» de las medidas punitivas. Antes de esta, otras dos iglesias habían cedido después del corte de la electricidad y del agua.
Wenzhou es conocida como la «Jerusalén china» por el gran número de edificios religiosos y se gloria de la más alta concentración de cristianos de China continental.
Mientras tanto continúan los arrestos y las incursiones en las iglesias domésticas, como reportado en dos informes del mes pasado del Christian Post. Algunos policías entraron en la Iglesia Zhongfu Wanmin en la provincia meridional de China de Guangdong, deteniendo a 30 fieles, incluida una familia americana con niños y el pastor de la Iglesia, Li Peng. El pastor fue golpeado por los oficiales y fue el único en ser liberado después del interrogatorio. La policía también confiscó los celulares, los documentos y las tarjetas de crédito de algunos de los presentes que habían tratado de filmar y fotografiar lo que sucedía.
Además, cerca de cien oficiales de la policía oficial y de seguridad irrumpieron en un edificio de la provincia nord-oriental de Liaoning, donde 40 pastores de iglesias domésticas se habían reunido para un evento que llevaba por título «Unidad en la Cristiandad». China Aid refiere que las autoridades acusaron a los pastores de «participar en encuentros ilegales sin el permiso del gobierno». De los presentes en el evento, tres fueron arrestados y los otros fueron tenidos en una habitación para interrogarlos por algunas horas.
Las iglesias domésticas clandestinas son ilegales en China y a menudo objeto de incursiones y otras formas de intimidación por parte de las autoridades.