«De nada sirve el título, la profesión, adquirir incluso un buen nombre en la profesión, si no hemos descubierto el arte de vivir, que se encuentra en Cristo», ha afirmado, antes de pedir a los jóvenes que no tengan «miedo a ser la luz» que ya son y que «ilumina a todos».
El cardenal ha defendido que «la luz no se pone debajo de una mesa, sino en lo alto para que ilumine a todos». «Estáis llamados a alumbrar a todos porque es posible que este mundo se llene de luz», ha manifestado, antes de insistir a los recién graduados en ser «sal del mundo y luz para los hombres».
«Sois sal porque habéis sido bautizados en Cristo, que es la sabiduría para saborear la esperanza, la alegría, la felicidad. Habéis aprendido en la universidad durante estos años a dar sabor a todo, un sabor distinto», ha afirmado.
«Al mundo actual le falta Dios»
Igualmente, Cañizares ha explicado a los alumnos que «Jesucristo es la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo». Así, «insertados en Cristo, nuestra misión es ser luz del mundo e iluminar a todos los hombres», ha recalcado.
Para finalizar, ha indicado a los nuevos graduados que «lo importante es que sus buenas obras, su trabajo profesional, dé gloria a Dios por encima de todo». «El mundo actual lo ha olvidado, le falta Dios. Pero yo os digo esto porque os quiero, porque me importáis», ha remachado.