(Abc) «Estábamos bendiciendo un local de Cáritas en una parroquia y al acabar la bendición me han llamado para darme la enhorabuena. Yo creía que me tomaban el pelo, pero me ha hecho una gran ilusión conocer la noticia precisamente mientras bendecía un local de Cáritas», declaró Mons. Omella al diario Abc.
«Después de comer hemos festejado con la gente y hemos celebrado una Eucaristía», añadió el prelado al regresar de un concierto celebrado en el centro penitenciario Brians 1 en San Esteban de Sasroviras. La singular iniciativa impulsada, entre otros, por el Arzobispado de Barcelona tenía por objetivo acercar la belleza de la música a los sectores más desfavorecidos de la sociedad. «Ha sido un día de caridad y a la vez de sorpresas y alegrías», afirmó monseñor Omella.
El arzobispo de Barcelona aseguró que ser nombrado cardenal es una responsabilidad que recibe «con cierto temor y temblor». «Nunca he sido cardenal y eso es una gran responsabilidad que exige de mí una mayor atención y una mayor entrega al servicio de la Iglesia en la persona del Papa», afirmó el arzobispo de Barcelona, quien recordó que las funciones del cardenal es ser «consejero y asesor» del Santo Padre.