(LifeSiteNews/InfoCatólica) Una ley pro-vida de Texas revocada por la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos el año pasado redujo los abortos entre un 20 y un 50 por ciento en algunos condados, según un nuevo estudio.
El Proyecto de Ley HB2 de la Cámara de Diputados, que entró en vigor en octubre del año 2013, exigía normas de seguridad para las instalaciones abortistas. Debido a que los estándares quirúrgicos básicos fueron tan raramente observados en la industria estatal del aborto, 25 clínicas tuvieron que cerrar por su incumplimiento.
La Ley también redujo el tiempo de embarazo máximo para abortar de 24 semanas de gestación a 20 semanas.
Causas del descenso
Un estudio en la revista de la American Medical Association encontró que en los dos años y nueve meses la ley se aplicó, el número de abortos en Texas cayó un 20 por ciento y en algunos condados incluso el 50 por ciento.
El estudio también informó que más mujeres dieron a luz a su bebé a pesar de que su embarazo fue no planificado. Incluso los condados con un centro abortista vieron un descenso del 16% en el número de abortos.
El informe señaló que las mujeres que buscan abortos tuvieron que conducir mayores distancias, de un promedio de 17 millas a un promedio de 70 millas cuando la HB2 entró en vigor.
Daniel Grossman, profesor de la Universidad de California en San Francisco, dirigió el estudio sobre el impacto de la ley pro-vida. Él y su equipo encontraron que cuando la distancia a un centro abortista aumentó en 100 millas, el número de abortos disminuyó un 50%.
Muchas madres que tenían intención de abortar expresaron al investigador:
«Me dijeron que les tomó mucho tiempo encontrar una clínica abierta, organizar el tiempo de trabajo, organizar el cuidado de los niños», explicó Grossman quien puntualizó que las mujeres con las que habló en los centros de aborto explicaron «Y a veces todo esto tardaría tanto que llegó el segundo trimestre del embarazo».
El equipo de Grossman también especuló que aumentó el número de mujeres que intentaban abortar por ellas mismas. Luego de encuestar a diversas mujeres supusieron que quizás 100.000 mujeres de Texas tomaron píldoras, drogas, alcohol o se sometieron a violencia física en un intento por asesinar al bebé que crecía dentro de ellas.
La Corte Suprema de Estados Unidos revocó a HB2 en junio de 2016. El juez «católico» Anthony Kennedy, fue el voto decisivo que sirvió para revocar la ley pro-vida de Texas.