(AsiaNews/InfoCatólica) «La vida de los fieles es la misma de siempre y durante las negociaciones entre China y el Vaticano»: es la opinión de un sacerdote bloguero muy conocido a propósito del artículo publicado por el Card. John Tong, la semana pasada sobre el «futuro diálogo Chino-Vaticano desde el punto de vista eclesiológico».
El bloguero, cuyo nombre de batalla es «Shanren Shenfu» (el cura de montaña), hace notar que los fieles en China son más bien indiferentes sobre el devenir de los diálogos. Y demuestra también que la fe de los católicos chinos no es influenciada por la Asociación patriótica, que no tiene ningún poder sobre ellos. Tal asociación, dice él «es un puro y fiel ejecutor de las órdenes del gobierno».
El acuerdo Chino-Vaticano parece llegar a una conclusión. El cardenal Tong de la diócesis de Hong Kong escribió en agosto de 2016 y en febrero 2017 sobre este diálogo: Si el acuerdo entre China y Santa Sede se hace público, ¿lo aceptaréis?
Si bien muchos expertos de la Iglesia en China, piensan que el acuerdo no exista aún, éste está igualmente sobre el camino de una conclusión.
De todos modos, el cardenal Tong escribió dos artículos como si quisiese preparar el anuncio de la publicación del acuerdo. Él quiere consolar a la comunidad subterránea: No hay necesidad de estar en neta oposición; la política diplomática flexible y pragmática del Papa Francisco llevará sin duda a una verdadera libertad para la Iglesia en China, deberemos dar crédito a la sabiduría del Papa Francisco.
Por lo que parece, cada vez que las personalidades eclesiásticas hablan sobre los «diálogos chino-vaticanos», hay tantas voces críticas. Pero estas críticas no son comunes en la Iglesia china; o sea la vasta mayoría de los fieles no da mucha atención a las relaciones China-Vaticano. La fe de ellos es la misma de antes durante los negociados sino-vaticanos.
La fe en Jesús y la tradición de la Iglesia católica no han sufrido cambios en el corazón de los fieles. La asociación patriótica no tiene ninguna influencia sobre ellos. La Asociación patriótica parece ser influyente sólo cuando el gobierno lo decide. Cada vez que hay una auto-elección; cada vez que hay una auto-ordenación ilícita de obispo; o cuando el obispo de Shanghai es obligado a retirarse y a dimitir de su cargo; entonces la Asociación patriótica se vuelve útil.
Según mi experiencia, la Asociación patriótica es un puro y fiel ejecutor de las órdenes del gobierno; pero la Asociación patriótica debe estar en condiciones de someterse a las leyes de la Iglesia.