(Regió7/InfoCatólica) Preguntada por el revuelo creado por sus declaraciones heréticas en el programa de La Cuatro, la religiosa responde:
La verdad es que si tengo que hablar del sentimiento que me ha generado todo esto, es muy de tristeza. De tristeza porque pienso que no debemos poner en juicio a una persona por unas palabras sacadas de contexto. Y, sobre todo, porque se ha hablado mucho de lo que no define mi vida. Mi vida está definida por el servicio a la gente y por el trabajo con los más pobres. Me da mucha pena que nos dedicamos tanto tiempo a hablar de estas cosas cuando los problemas que tenemos son tan graves. Creo que la mejor explicación la dio monseñor Agrelo, que es un hombre absolutamente evangélico.
Ante el escándalo causado en muchos fieles, asegura:
Me preocupa el sufrimiento de la gente. Evidentemente, me preocupa que haya gente que haya sufrido por ello, y no voy a juzgar si está bien o mal. Pienso que está la fe de la gente sencilla y está la de los otros, que no son tan sencillos y para los que las formulaciones lo son todo. No me gusta hacer sufrir. Por eso pedí disculpas...
A su vez, sugiere que debería ser más prudente y apela a su servicio a los pobres:
Posiblemente tenga que ser más prudente a la hora de hablar, pero también pienso que debemos ser valientes de hablar, y hablar con libertad del amor. Yo creo que en la entrevista también hablé de la alegría de la opción de vida que he hecho y que es posible ser fiel, y de la alegría del celibato, y nadie habló de todo esto. Por lo tanto, me da pena que seamos capaces de fragmentar las cosas y, fíjate, ahora tengo el apodo de la monja que negó la virginidad de la Virgen cuando, en definitiva, mi vida la define, precisamente, el servicio a la gente, que es lo que definió la vida de María, una mujer que fue capaz de servir a la humanidad desde su compromiso. Por tanto, es un sentimiento de tristeza, pero eso no me ha de quitar la fuerza. Lo importante es lo que tengo aquí [los proyectos de la Fundación Rosa Oriol en Manresa]. Hay muchas familias y mucha gente que depende del trabajo que estamos haciendo.
Preguntada por las religiosas dominicas que condenaron sus declaraciones, las acusa de falta de caridad:
Mi comunidad está a mi lado. Sabe que mi vida la define la causa en la que estoy trabajando. Lo que me han dicho es que intente ser prudente, porque a ellas también les duele que la gente sufra; por lo que sea, o por fundamentalismos o por fe sencilla, no nos gusta que la gente sufra. Pero yo tengo una comunidad que está de manera incondicional a mi lado. Las otras, que han hecho unas cartas como de repudio y no sé qué (ver aquí y aquí), lo siento que sufran, y siento que no me apoyen en el sentido de que hay muchos conventos y frailes que me han llamado para decirme que estaban conmigo. Incluso hay alguien que me dijo que no compartía lo que había dicho, pero que con los hermanos tenemos que estar al lado. Me gustaría que esta fuera la posición porque pienso que la fe debe ir unida a la caridad. No las quiero juzgar, pero pienso que ha faltado mucha caridad en muchas de las palabras que se han dicho. Hay veces que tengo la sensación de que tenemos mucha religión para odiarnos y condenarnos y no por amarnos.
Respecto al Papa, asegura que no ha hablado con él del tema, pero indica que desde Roma le han dicho que esté tranquila:
No. No nos hemos comunicado (con el Papa), pero creo que está al corriente y lo que me han hecho llegar [de Roma] es que esté tranquila, que la Iglesia es la casa de la misericordia y que las cosas no irán a más .