(InfoCatólica) Los prelados alemanes indican en un documento titulado «El gozo del amor» que los pastores pueden proveer diversas soluciones a los casos de divorciados vueltos a casar, entre las cuales se incluye la posibilidad de, en algunos casos, acceder al sacramento de la Eucaristía sin necesidad de que se separen o decidan vivir en castidad como hermanos.
No siempre
Los prelados indican que «no todos los fieles cuyo matrimonio se ha roto y que se han divorciado y casado civilmente pueden recibir los sacramentos indiscriminadamente». Al final del «proceso espiritual, que siempre se refiere a la integración, no en todos los casos habrá una recepción de los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía».
Los obispos apelan al artículo 301 de Amoris Laetitia y a la nota a pie de página n. 336 que se encuentra en el artículo 300 de la exhortación, que según ellos abre las puertas a la comunión eucarística de quienes vivie en una situación objetiva de pecado.
Igualmente citan el artículo 37 del texto, en el que el papa Francisco afirma lo siguiente:
También nos cuesta dejar espacio a la conciencia de los fieles, que muchas veces responden lo mejor posible al Evangelio en medio de sus límites y pueden desarrollar su propio discernimiento ante situaciones donde se rompen todos los esquemas. Estamos llamados a formar las conciencias, pero no a pretender sustituirlas.
De hecho, afirman que «la decisión personal de que uno, en sus respectivas circunstancias, todavía no puede recibir la comunión merece respeto y reconocimiento. Sin embargo, también debe respetarse una decisión en favor de la recepción de los sacramentos».
Los obispos alemanes, por último, insisten en seguir las indicaciones del Papa sobre la formación de la conciencia en los artículos 298-300 de Amoris Laetitia.
El texto de la Conferencia Episcopal Alemana coincide en el tiempo con la entrevista concedida a Il Timone por el cardenal alemán Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la que condena precisamente el hecho de que haya obispos que interpretan Amoris Laetitia contra la doctrina de la Iglesia. Dicha doctrina quedó reafirmada por el papa San Juan Pablo II en su exhortación apostólica Familiaris consortio:
La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.
Familiaris consortio 84