(AsiaNews/InfoCatólica) Al menos 20 personas resultaron asesinadas y otras 40 heridas en un atentado sucedido el día de ayer en un mercado de verduras de Parachinar, en la zona tribal de Pakistán nord-occidental en su mayoría chií.
El artefacto rudimental explotó a las 8:50 de la mañana, en un momento en el cual la zona estaba llena de clientes y vendedores ambulantes. Una facción del grupo extremista de Tehreek-e- Taliban Pakistan (TTP) reivindicó la responsabilidad del ataque, perpetrado «para vengar la muerte de nuestros compañeros por parte de las fuerzas de seguridad y dar una lección a los chiíes por el apoyo a Bashar al-Assad».
El obispo anglicano obispo anglicano de Peshawar, Earnest Jacob, condenó el acto de violencia e invitó a todos a «rezar por los heridos».
En un mensaje difundido inmediatamente después del ataque, el Premier de Pakistán, Nawaz Sharif también condenó el acto y expresó su dolor por el nuevo derramamiento de sangre. Mientras tanto las autoridades refieren que el balance de víctimas está destinado a crecer, dado que al menos 12 heridos están internados en condiciones críticas.
Ashiq Hussain, se encontraba en el mercado en el momento de la detonación de la bomba, escondida en una caja de hortalizas. Quedó levemente herido, contó al periódico Dawn, que en la zona no había ni siquiera una ambulancia y los heridos fueron llevados a los hospitales con medios privados y dentro de camionetas utilizados por los vendedores.
Qari Saifullah, vocero de Hakimullah Mehsud, la célula talibana que reivindicó el atentado, advirtió que su grupo islámico sunita continuará tomando como objetivo a los chiíes si éstos continuarán apoyando al régimen sirio de Assad, involucrado desde 2011 en una guerra civil que ya provocó la muerte de más de 310 mil víctimas.
La explosión sucedió en la capital del distrito tribal de Kurram Agency en la frontera con Afganistán, una de las siete áreas semi-autónomas de Pakistán donde rigen costumbres y leyes locales. En el pasado ya fue blanco de ataques y es conocido por las diferencias entre las comunidades chiíes y sunitas. En diciembre 2015 un artefacto similar al que explotó el día de ayer provocó 25 muertos. También en aquella ocasión del atentado fue reivindicado por dos grupos extremistas. El territorio es una de las rutas principales por donde los militantes atraviesan la frontera y es una zona donde son frecuentes los secuestros con finalidad de pedir rescate.
Según el reverendo Earnest Jacob, «sólo la paz en Afganistán podrá mejorar la situación en Pakistán. Una bomba en un país es seguida por otra bomba en el país vecino. Y mientras tanto ninguna de las autoridades de ambos países adoptan acciones serias contra los talibanes responsables de los ataques terroristas».
El p. Nasir William, director del centro para las comunicaciones sociales de la diócesis de Rawalpindi, expresa preocupaciones por el hecho que «los bombardeos se convirtieron en un fenómeno común». El gobierno, sugiere, «debe controlar de cerca los lugares donde son fabricados estos artefactos rudimentarios».