(InfoCatólica) Los ejemplos abundan a lo largo de toda la geografía española. Por ejemplo, en la iglesia de Santa Anna, de Barcelona, se han organizados grupos voluntarios por turnos de 3 horas durante las 24 horas del día. Se recogen mantas, sacos de dormir, calcetines. La parroquia de Premià de Mar también abrió sus puertas durante la noche. Y la Iglesia de Sant Miquel del Port está igualmente prestando servicio.
Junto con las necesidades materiales, se atiende a las necesidades espirituales de los pobres. La asociación Casa de Maria, Reina de la Paz (responsables de organizar la Adoración con los pobres de la Barceloneta todos los jueves) han repartido rosarios entre los indigentes y poder rezar todos juntos. Han acudido también las Hnas de la Caridad de Calcuta y las hermanitas del Cordero.
En la comunidad valenciana, la asociación Ca la Mare de Catarroja ha gestionado con el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, la apertura nocturna de dos parroquias de Valencia y un centro de Cáritas.
«Podremos darles la cena, que duerman calentitos y mañana les daremos el desayuno», indicaba la presidenta de la asociación. Ca la Mare ya estuvo repartiendo bocadillos y bebida caliente a los sintecho que se refugiaron en la parada de metro Túria por la ola de frío. En Alcoy todas las parroquias permanecieron abiertas para acoger a los sin techo.
Se da la circunstancia de que esta ola de frío está repercutiendo en comarcas donde no es habitual que se produzcan nevadas y heladas, lo cual hace que las personas indigentes estén menos preparadas para este tipo de inclemencias climáticas,