(LifeSiteNews/InfoCatólica) El Dr. Paul Ehrlich, autor del best seller de 1968 The Population Bomb, figura entre los invitados para hablar en la Ciudad del Vaticano durante la conferencia del 27 de febrero al 1 de marzo que discutirá «cómo salvar al mundo natural».
El biólogo de Stanford promueve el aborto selectivo por sexo y la esterilización masiva forzosa como métodos legítimos para frenar el crecimiento de la población.
En su libro de 1968, Ehrlich llegó a defender el aborto forzado, escribiendo: «De hecho, se ha llegado a la conclusión de que se podría tener bajo la actual Constitución leyes obligatorias de control de la población, incluidas leyes que requieren aborto obligatorio, si la crisis poblacional fuese suficientemente severa como para poner en peligro a la sociedad».
Titulada «Extinción biológica», la conferencia de febrero tratará lo que los organizadores del Vaticano llaman un «desequilibrio» insostenible entre la población mundial y lo que la tierra es capaz de producir. El evento es patrocinado conjuntamente por la Pontificia Academia de Ciencias y la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.
Los organizadores de la conferencia organizada por el Vaticano predicen que si no se toman medidas efectivas para revertir el llamado «cambio climático mundial», entonces hasta el 40 por ciento de «toda la biodiversidad en la Tierra» será destruida «al final de este siglo», incluyendo una« mayoría »de especies de plantas.
«No hay posibilidad de mejorar nuestra situación sin la adopción generalizada de la justicia social, tanto como cuestión de moralidad como de supervivencia», señala el folleto del evento elaborado por los estados vaticanos.
Con la invitación de Ehrlich para dirigirse a la conferencia, el modo en que las Academias Pontificias entienden que la «justicia social» adquiere un aspecto siniestro.
Falso "profeta"
Ehrlich pronosticó en «La Bomba de la Población» una «ruptura total de la capacidad del planeta para sostener a la humanidad» que resultaría en hambre para cientos de millones, predicciones que han demostrado ser falsas, mientras que sus teorías han sido desmentidas.
El biólogo predijo en 1968 que la mitad de los estadounidenses moriría en 1990. India y China simplemente desaparecerían. Para el año 2000, Inglaterra también dejaría de existir. Ehrlich mencionó en su libro el aborto con selección sexual como una herramienta potencialmente efectiva para conservar los recursos del mundo reduciendo la población, posición que sigue defendiendo.
En una entrevista realizada en 2011 con Mara Hvistendahl, Ehrlich defendió el aborto por selección sexual, afirmando que «sería una buena idea dejar que la gente tuviera su elección para que pudieran tener menos hijos y pudieran tener lo que quisieran», agregando que el aborto selectivo y posiblemente incluso el infanticidio podría ser un destino mejor para las mujeres que lo que les esperaba en un mundo superpoblado.
«Puedes ser abortado como un concebido, puedes ser asesinado al nacer, o puedes ser vendido como esclavo y morir en un barrio pobre en algún lugar», dijo. «Sería interesante saber cuántas mujeres se están quedando fuera de situaciones horribles [las situaciones que padecen las que no son] asesinadas o infanticidadas». (Nota del traductor: el pasaje entre paréntesis lo traducimos de acuerdo al sentido que trae el libro de Hvistendahl en su versión original en Google Books. Lo que quiere decir es que las mujeres que son abortadas se salvan de sufrimientos posteriores.)
En la misma entrevista, Ehrlich también defendió el principio de la esterilización masiva forzosa, un concepto mencionado en un libro de 1977 del que es co-autor: Ecosciencia: Población, Recursos, Medio Ambiente, sugiriendo que la esterilización masiva en tándem con la tecnología de selección de sexo sería particularmente eficaz para los intereses de control de la población.
Steven Mosher, presidente del Population Research Institute, criticó la elección del Vaticano de Ehrlich como un orador adecuado.
«Las opiniones de Ehrlich sobre las tasas de extinción biológica son tan exageradas como sus fallidas predicciones de una explosión de la población humana. Por qué el Vaticano debería dar una plataforma a este profeta secular de la condenación está más allá de mi comprensión», dijo a LifeSiteNews.
«Hay un montón de científicos católicos creíbles cuyas opiniones basadas en hechos deben ser destacadas por su Iglesia. ¿Qué sigue? ¿Invitar a Raúl Castro a hablar sobre derechos humanos?», agregó.
La Iglesia Católica no sólo condena el aborto, sino también los métodos coercitivos de control de la población.
En lugar de ver a las personas como «bocas para alimentarse», «productores de contaminación» o «fabricantes de huellas de carbono», la Iglesia ve a cada persona como un don único e irrepetible de Dios.
En su decisiva Encíclica Humanae Vitae de 1968, que enseñó acerca del mal moral de usar la anticoncepción para espaciar los nacimientos, el Papa Pablo VI advirtió a los gobernantes de los países contra el uso de métodos ilícitos de control de la natalidad para resolver el «problema demográfico».
«No permitan que la moralidad de sus pueblos sea degradada; no permitan que por medios legales se introduzcan prácticas contrarias a la ley natural y divina en la célula fundamental, la familia », instó en ese momento.
Pablo VI advirtió al mundo entonces que si la anticoncepción se convirtiera en una norma social proporcionaría a los gobiernos con un «arma peligrosa» para manipular el tamaño de la población.
«¿Quién impedirá que los gobernantes favorezcan, o incluso impongan a sus pueblos, si lo consideran necesario, el método de anticoncepción que juzgan más eficaz? De esta manera, los hombres, deseosos de evitar las dificultades individuales, familiares o sociales encontradas en la observancia de la ley divina, llegarían al punto de poner a merced de la intervención de las autoridades públicas el sector más personal y más reservado de la intimidad conyugal,» escribió.
El Papa Francisco también ha rechazado explícitamente el control de la población como método para combatir el cambio climático, escribiendo en su encíclica Laudato Si' que «culpar [de la falta de recursos] al crecimiento de la población en lugar de consumismo extremo y selectivo por parte de algunos es una forma de no querer enfrentar los hechos.»
Dado que la Iglesia condena categóricamente el aborto, la anticoncepción y el uso de medidas coercitivas de control de la población para frenar la demografía, queda por ver por qué las Academias Pontificias ven al famoso defensor del control de la población como un orador adecuado para su conferencia.
Esta no es la primera vez que un defensor de posiciones contrarias a la fe católica ha sido invitado a asistir a las conferencias del Vaticano. Los dirigentes de ambas Academias Pontificias, bajo el pontificado de Francisco, sorprendentemente dieron plataformas prominentes a algunos de los principales defensores del aborto y el control de la población, entre ellos Ban Ki-moon y Jeffrey Sachs.
En 2015, la profesora Margaret Archer, presidenta de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, criticó al Instituto para la Familia y los Derechos Humanos (C-Fam), un instituto de investigación pro-vida estadounidense que supervisa las Naciones Unidas, después de que éste manifestara su preocupación acerca de que los defensores del control de la población tuviesen una plataforma en una conferencia del Vaticano sobre el cambio climático.
«Yo soy nombrada por el Papa y responsable directamente ante él. Me temo que eso te deja a ti y a tu corte en el frío », dijo a la organización en ese momento.
El obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de Ciencias, también tiene una historia de invitar abortistas y defensores del control de la población a los acontecimientos del Vaticano. Ha sido criticado por militantes pro-vida por respaldar sin reservas los controvertidos Objetivos de Desarrollo Sustentable (SDGs) de las Naciones Unidas. Los pro-vida advierten que estos Objetivos incluyen una agenda de control del aborto no tan oculta.
El año pasado, Sorondo defendió la invitación hecha al candidato presidencial de entonces, el demócrata Bernie Sanders, abogado del aborto, para dirigirse a una conferencia acerca del «orden social».
También asistirá a la conferencia el cardenal africano Peter Turkson, quien en una entrevista a la BBC en 2015 dijo que el «control de la natalidad» podría «ofrecer una solución» a los impactos del cambio climático. Turkson, quien desde entonces se convirtió en el Prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, luego revisó su declaración, diciendo que cuando usó el término «control de la natalidad», lo que realmente significó fue el espaciamiento de los nacimientos o «paternidad responsable». (Nota del traductor: Acerca del aborto selectivo por sexo, se trata de abortar preferentemente a las mujeres. Sobre ese tema, un par de referencias en Internet son clarificadoras:
«Ehrlich sugirió también que el aborto selectivo por sexo sería particularmente efectivo para el control de la población, si la gente tuviese la posibilidad de tener un hijo de su sexo preferido la primera o segunda vez, dejaría de hacer intentos posteriores y tendría menos hijos.»
«El control de la población se volvió una prioridad en los años 60, y en la plataforma política de ambos partidos mayoritarios [el republicano y el demócrata] en 1968 se lo veía como un asunto importante. El biólogo de Stanford Paul Ehrlich fue comisionado para escribir su libro, »La bomba de la población«. Ehrlich sugirió que el mundo no sería capaz de proveer suficiente comida para hacer frente al crecimiento de la población, pero ofreció una solución:
Si se pudiese encontrar un método simple para garantizar que los primogénitos fuesen varones, entonces los problemas del control de la población en muchas áreas serían en cierto modo aliviados».
http://liveactionnews.org/sex-selective-abortion-whose-fault/
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Traducido por Néstor Martínez para InfoCatólica.