(ACI/InfoCatólica) El 12 de enero durante la Misa por la Semana Nacional de la Migración en Los Ángeles (Estados Unidos),Mons. Gómez pidió a los fieles migrantes que confíen en el Señor:
«Mis hermanos y hermanas, ¡Siempre confíen en Dios! ¡Siempre! ¡Nunca, nunca se rindan de Él! Porque nunca va a renunciar a ti. Dios va con nosotros. ¡Jesús va con nosotros! ¡La Sagrada Familia va con nosotros!», expresó el prelado en su homilía en la iglesia Misión Dolores, una parroquia en el este de la ciudad que se dedica al cuidado de los migrantes.
«Recordamos el pesebre, ¿verdad? María y José estaban buscando un lugar donde quedarse, y nadie los aceptaba, nadie les daba la bienvenida. Pero Dios estaba con ellos, y María y José eran fuertes y confían en él, y trajeron al Niño Jesús a este mundo», agregó.
Mons. Gómez reconoció que los tiempos actuales «son un reto para muchos» y que por lo tanto «la familia de Dios siempre pasa por tiempos de prueba».
«¡Los hijos de Israel vagaron por el desierto durante 40 años! Dios estaba caminando con ellos, él estaba guiando a su pueblo. Pero nunca fue fácil. De hecho, algunos días fue muy difícil para ellos».
Asimismo, aseguró que hoy le sucede lo mismo a los migrantes en Estados Unidos: «¡Somos una nación de inmigrantes, eso es verdad! Pero la inmigración a este país nunca ha sido fácil».
«Llegamos a este hermoso país, muchos con gran sacrificio personal. Y todos vienen con sueños de construir una vida mejor. Pero los inmigrantes siempre han enfrentado resentimiento y reacción. Piense en los irlandeses, los italianos, los polacos, los japoneses. No es diferente con los inmigrantes de hoy».
El Arzobispo de los Ángeles hizo hincapié en la importancia de la solidaridad al interior de las comunidades, porque necesitan «estar juntos, en la Iglesia y con la Iglesia».
«¡Somos una familia de Dios! Y cuando uno de nosotros está sufriendo, el resto de nosotros necesita ofrecer una mano amiga. Mostrar amor, compasión y sanidad», aseveró.
Mencionando el pasaje del Evangelio del día, en el que el Señor es movido con compasión por el leproso que viene a él y lo sana, dijo: «somos como ese leproso».
«Somos marginados, estamos al margen. Y sin embargo, esto es lo mucho que Jesús nos ama, esto es lo mucho que nuestra Santísima Virgen nos ama, Nuestra Señora Guadalupe».
Finalmente, el Prelado exhortó a permanecer animados y con la fe fuerte en sus familias.
«Seamos un buen ejemplo para nuestro país. Vamos a llegar a las personas de nuestras comunidades. Abramos nuestros brazos para dar la bienvenida a cada uno, déjenos encontrar el sitio para cada uno. ¡Sigamos orando y trabajando para la reforma migratoria en nuestro país!».
«No lo olviden nunca, hermanos míos: Jesús los ama, y nuestra Santísima Virgen los ama, ¡y toda la Iglesia los ama!», concluyó.