(ACI Prensa) «Una gran oscuridad cubre nuestro país. Estamos viviendo situaciones dramáticas: la grave escasez de medicinas y alimentos, ¡Nunca antes habíamos visto tantos hermanos nuestros hurgar en la basura en búsqueda de comida!», denunciaron los obispos en el documento titulado «Jesucristo Luz y Camino para Venezuela», emitido al final de la Asamblea Plenaria que concluyó ayer.
En el texto, los obispos también denunciaron la crisis social y política, agravada con la represión y detención de opositores, el intento del régimen de cercenar las atribuciones de la Asamblea Nacional y la obstrucción de referendo revocatorio por parte del Consejo Nacional Electoral que impidió a los venezolanos decidir sobre el mandato de Nicolás Maduro, generando «desencanto y frustración en la ciudadanía».
«Sólo en regímenes totalitarios se desconoce la autonomía de los poderes públicos y se impide la libre manifestación de la ciudadanía», expresó la CEV.
Empeño del Gobierno en imponer el totalitarismo
Como en otras ocasiones, los obispos reiteraron que la causa fundamental de la crisis «es el empeño del Gobierno de imponer el sistema totalitario recogido en el ‘Plan de la Patria’ (llamado Socialismo del Siglo XXI), a pesar de que el sistema socialista marxista ha fracasado en todos los países en que se ha instaurado, dejando una estela de dolor y pobreza».
En ese sentido, lamentaron el resultado decepcionante del diálogo entre el régimen y la oposición –donde la Santa Sede estuvo como facilitadora–, principalmente por el «incumplimiento, por parte del Gobierno, de los acuerdos a que se había llegado en la reunión del 30 de octubre de 2016».
«Agradecemos vivamente la disposición de servicio del Papa Francisco y lamentamos que su contribución a la paz de Venezuela haya sido mal interpretada», señalaron.
Condiciones para continuar el diálogo
En ese sentido, reiteraron que las «condiciones para continuar el diálogo fueron señaladas por el Secretario de Estado del Vaticano, el Cardenal Pietro Parolin, en su carta del 01 de diciembre de 2016».
Estas son «aliviar la grave crisis de abastecimiento de comida y medicinas que está sufriendo la población», que las partes «concuerden el calendario electoral que permita a los venezolanos decidir sin dilaciones su futuro», que se «tomen las medidas necesarias para restituir cuanto antes a la Asamblea Nacional el rol previsto en la Constitución», y «se apliquen los instrumentos legales para acelerar el proceso de liberación de los detenidos», indicaron.
En su exhortación, los obispos recordaron a los cristianos que su misión es, «en cualquier circunstancia, es anunciar al Dios de la vida y revertir la cultura de muerte en cultura de vida». «¿Cómo ser portadores de luz y esperanza en un panorama de oscuridad y de muerte?», cuestionaron.
En ese sentido, dijeron que «es necesario generar gestos valientes e iniciativas innovadoras que motiven a esperar contra toda esperanza, para construir una convivencia libre, justa y fraterna; es tarea que nos compete a todos, cada cual según su posición». «El llamado es a ser protagonistas del presente y del futuro de nuestro querido país».
Asimismo, exhortaron al gobierno a aceptar la ayuda internacional «para ayudar a enfrentar las carencias de tantos hombres, mujeres y niños en situación de riesgo», y reiteraron el ofrecimiento de la Iglesia de poner a disposición su infraestructura organizativa, como las parroquias, Cáritas, entre otros.
«El pueblo clama por un cambio profundo de la orientación política del país que sea producto de la decisión del pueblo soberano: o el Socialismo del Siglo XXI, ausente de la Constitución, o el sistema democrático establecido en la Constitución. El país exige un itinerario electoral, tal como se acordó en la Mesa de Diálogo», expresaron.
Los obispos concluyeron su documento pidiendo a la Virgen de Coromoto que interceda por Venezuela y a Dios para que «ilumine a nuestros dirigentes a fin de que se logren a la mayor brevedad los acuerdos necesarios para superar la crisis. Imploramos su bendición sobre todos los habitantes del país».