(ACI/InfoCatólica) Dos sacerdotes resultaron heridos durante el ataque de un hombre con antecedentes por drogas, y que recientemente había abandonado un centro de rehabilitación, perpetrado en el interior de la Basílica Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas papales de Roma.
La Basílica Santa María la Mayor es el lugar adonde el Papa Francisco suele dirigirse antes y después de sus viajes internacionales para rezar ante el ícono de la advocación mariana de la Salus Populi Romani, la protectora del pueblo romano.
El atacante, un italiano originario de la localidad de Roccasecca (región de Lazio) de 42 años y que responde al nombre de Renzo Cerro, accedió a la sacristía de la Basílica con una botella de cristal rota y atacó a las dos víctimas sin mediar palabra delante de los fieles y turistas que en ese momento se encontraban dentro de la iglesia.
Una patrulla de la policía, situada en la cercana plaza de Dante, se desplazó hasta la Basílica y redujo al agresor, que mostraba un notable estado de alteración y que, presuntamente, padece problemas psicológicos.
Las dos personas atacadas son el padre Angelo Gaeta, sacristán de la basílica, y el padre Adolfo Ralph, de la Fraternidad de la Inmaculada.
Las dos víctimas fueron trasladadas al Policlínico Umberto I con diversas heridas, algunas de ellas en la cara. Aunque no corren peligro, se encuentran en estado de shock. El que se encuentra en un estado más grave es el P. Gaeta, con un profundo corte en la cara desde el pómulo hasta el mentón.
En un primer momento se temió que se tratara de un ataque terrorista, sin embargo, esa hipótesis está totalmente descartada por la policía y las autoridades italianas.
En declaraciones al diario italiano Avvenire, el Cardenal Stannislaw Rylko, nombrado recientemente por el Papa como nuevo Arcipreste de las Basílica, dijo estar «sorprendido y profundamente triste porque algunos lugares sagrados de Roma como la Basílica Santa María la Mayor en Roma no son respetados».
El Cardenal polaco expresó también su «gran solidaridad con los dos sacerdotes heridos y me siento cercano a ellos espiritualmente, rezando por su pronta curación».
«Que este doloroso acto de violencia insensato haya ocurrido en la Casa de María nos duele más. Rezo a la Salus Populi Romani para que esta dolorosa herida sea curada rápidamente», manifestó el Purpurado.
No se trata de la primera vez que se registran ataques contra iglesias en Roma. El pasado mes de octubre, la policía detuvo a una persona de 39 años que entró en varias iglesias históricas y destruyó varias imágenes sagradas.