(EFE/InfoCatólica) Durante su discurso de apertura en la asamblea anual de la CEV, monseñor Diego Padrón afirmó que el 2016 «ha terminado muy mal, con gran desesperanza» para Venezuela, y aseguró que los ciudadanos atraviesan la etapa más «dura, incierta e injusta» de los últimos 50 años.
A juicio del monseñor, la mesa de diálogo «sesionó con altibajos» y su mecanismo no funcionó «por una maligna conjunción de factores: no había entre las partes voluntad sincera de dialogar».
Padrón acusó al Gobierno y a la MUD de usar las negociaciones como «una simple estrategia política (...) para fines particulares, incluso subalternos» y no para dirimir asuntos como la severa crisis económica, la inflación que culminó en el 2016 sobre el 500% y que en el 2015 fue de 180.9 %, la inseguridad ciudadana y la escasez de alimentos y medicinas.
Cree que el Gobierno encontró en el diálogo un instrumento para «ganar tiempo y frenar» el referendo revocatorio presidencial, una iniciativa que el poder electoral suspendió pocos días antes de que la MUD intentase cumplir el último requisito.
Mientras que para la oposición, continúa el presidente de la CEV, las conversaciones fueron una ocasión «para exhibir las innumerables deficiencias» de los poderes públicos, en materia de derechos humanos, economía y respeto a la autonomía de los poderes.
La autoridad eclesiástica afirmó además que el Gobierno «secuestró» el diálogo 10 días antes de instalarse formalmente al utilizar «subterfugios judiciales (...) para secuestrar, sin fecha límite, la convocatoria del Referendo».
«Más temprano que tarde los líderes políticos, para sacar a este país de la crisis que lo está destruyendo, invocando la democracia, tendrán que recurrir, en nombre de la democracia, al diálogo, la negociación y los acuerdos, únicos antídotos frente a la irracionalidad de la fuerza, la corrupción y la violencia», agregó.
El pasado diciembre el proceso de diálogo en Venezuela entró en «fase de revisión» debido al incumplimiento de los primeros acuerdos suscritos, algo por lo que las partes se acusan mutuamente.