(ACN/InfoCatólica) En el santuario de Nuestra Señora Gunadala Matha, en Andhra Pradesh, se reunieron fieles de varias religiones para dar gracias por los milagros recibidos. El nuevo rector del santuario, el p. William Jayaraju Eleti, afirmó que la Virgen es honrada «sobre todo por fieles no católicos, que vienen aquí durante todo el año y traen su homenaje».
El santuario de Gunadala Matha, en el área de la diócesis de Vijawada, nace por la iniciativa de los misioneros del Pime (Pontificio Instituto misiones Extranjeras), que en 1928 llevaron la estatua de la Virgen de Lourdes y la colocaron sobre la colina «para proteger a la ciudad y mantenerla más cerca de Jesús». Después, los padres trazaron un ríspido sendero que lleva hasta la cima del monte, encima del cual colocaron una cruz.
Según las declaraciones del padre Wiliam, cada año el lugar atrae a miles de peregrinos. «Se arrodillan frente a la estatua de la Virgen, puesta en la gruta y rezan con devoción todo el día, hacen promesas de fe y rinden homenaje por sí mismos y por sus familias. La peregrinación termina sobre la colina, donde está puesta la cruz».
El santuario mariano es uno de los más importantes de toda India, tal como reseña Asia News, la estatua de la Virgen de Lourdes es venerada por los «católicos, protestantes, hindúes y musulmanes, cada uno a su manera propia». «Por ejemplo los hindúes ofrecen a los pies de la Virgen coco o flores, como signo de gratitud».
Otro ritual de veneración es el ofrecimiento de la barba y cabellos por parte de los peregrinos, una práctica muy difundida en los templos de Andhra Pradesh. «Algunos se rasan toda la cabeza –cuenta el rector– otros en cambio ofrecen sólo algunos mechones. Aquellos que se cortan todo el pelo lo hacen para despojarse de todo en la oración a Dios. Este es un símbolo de gran humildad».