(ACN/AIN) Los manifestantes, con lemas y protestas afirman que la iglesia ha violado la ley, manipulando y falsificando las firmas de los ciudadanos que apoyan la construcción del edificio de culto. Según las disposiciones legales que varían de una provincia a otra, en Indonesia el permiso para la construcción de un templo, de cualquier comunidad religiosa, requiere una petición pública firmada por un número fijo de creyentes, residentes en la provincia interesada.
Como señala una nota de la parroquia de Santa Clara, recibida en la Agencia Fides, los manifestantes han declarado su firme oposición a la construcción de la iglesia, amenazando con asaltarla y quemarla si no se tiene en cuenta su petición.
En respuesta a las quejas de los manifestantes, el fraile capuchino Raymundus Sianipar, párroco de Santa Clara, ha explicado a la Agencia Fides que la parroquia pidió y recibió legalmente el permiso de construcción, siguiendo estrictamente los términos administrativos: «La petición fue presentada hace ya 17 años. En los últimos años hemos cumplido con todos los requisitos y regulaciones. Hemos esperado pacientemente respetando la ley y haciendo frente a todos los retos necesarios».
Fuentes de la parroquia aseguran que hay cuatro sacerdotes que se ocupan de 9.422 fieles de la basta área de Nord Bekasi, que cubre 58 barrios. Se trata de un número alto de fieles que viven también a gran distancia del templo, por lo que es difícil garantizar un adecuado servicio pastoral. Rasnius Pasaribu, secretario del consejo pastoral afirma, «El domingo se celebra la misa en una sala improvisada con capacidad para 300 personas. Y muchos otros siguen la misa desde la calle. Cuando llueve las personas se aglomeran en la sala y en las terrazas de las casas de los vecinos».
Tras un periodo de espera de 17 años, el 28 de julio de 2015, el alcalde de Bekasi, el musulmán Rahmat Effendi emitió la licencia de obras para construir la iglesia católica de Santa Clara. «Hemos cumplido con éxito todos los requisitos. Todo está documentado», declara Rasnius, rechazando las acusaciones de que el edificio de la iglesia es el más grande de Asia. «El terreno del que disponemos es sólo de 6.500 metros cuadrados, y estamos construyendo un edificio de 1.500 metros cuadrados, enriquecido por espacios verdes fuera», explica el sacerdote.
La comunidad católica no presenta ningún tipo de hostilidad hacia los residentes de Bekasi y «la iglesia es un lugar que acoge siempre a todos con los brazos abiertos». «Somos hermanos, ciudadanos y compatriotas», afirma Rasnius, pidiendo a los residentes que muestren el mismo espíritu de acogida y de recíproca tolerancia.
El gobierno del presidente de Indonesia, Joko Widodo había anunciado planes para abordar la cuestión de los permisos para construir lugares de culto, eliminando algunas restricciones establecidas por el notorio «Izin Mendirikan Bangunan», el permiso de construcción, que desde 2006 regula la creación o restauración de edificios religiosos.
Según el decreto actualmente en vigor, cada proyecto para ser aprobado debe ser firmado por al menos 99 fieles y debe ser apoyado por al menos 60 residentes de la zona, aprobado por el jefe del pueblo. Con los años, el permiso para construir o restaurar una capilla o una sala de oración se ha convertido en un tema crucial, objeto de protestas de grupos islámicos radicales, que han bloqueado arbitrariamente proyectos ya en marcha o en fase de estudio.