(Diócesis de Cádiz y Ceuta) El Dr. Ocampo es profesor-investigador de la Universidad Panamericana de México así como director del Centro de Estudios e Investigaciones de Bioética CEIB, lo que le permite tener una visión amplia de la problemática que viene afectando a la familia desde principios de los años sesenta hasta la actualidad.
La conferencia se desarrolló a partir de la descripción de la evolución de la realidad familiar en México y América Latina. Fue especialmente interesante su descripción de los métodos por los que la familia ha ido perdiendo la referencia del modelo natural, para irse convirtiendo en un cajón de sastre donde caben todo tipo de realidades disfuncionales. Actualmente el modelo de familia natural está siendo atacado presentándolo como un modelo de fracaso social. Fracaso social que no procede de la familia, sino de su metódica destrucción por parte de diversas propuestas ideológicas. Aunque familia es presentada como un problema, es realmente la solución a los problemas que afronta la sociedad en el siglo XXI.
Ocampo indicó una serie de líneas de actuación que pueden llevarnos a volver a poner a la familia como columna de la sociedad. Entre ellas está la necesidad de valorar la función de la mujer como motor indispensable para dar solidez y cohesión familiar. Las medidas que se ofrecieron como liberadoras de la mujer en la década de los sesenta, no sólo no han liberado a la mujer, sino que la han esclavizado en roles que impiden que pueda desarrollar profundamente su naturaleza maternal. Es necesario apoyar a las esposas que vuelcan sus esfuerzos y realización personal dentro de los hogares.
La batalla política y legal es importante, pero Manuel Ocampo reseña que es más importante aún, esforzarnos en la educación de nuestros hijos. Sobre todo afianzado el modelo natural de familia desde todas sus dimensiones humanas y religiosas. El hogar es donde nos jugamos el futuro de nuestra sociedad y no siempre somos consciente de ello.
Tras la interesante conferencia, se realizó un coloquio donde los asistentes compartieron sus puntos de vista, experiencias y motivaciones. Los asistentes señalaron que la Parroquia es fundamental como en un lazo de unión entre las familias católicas. La unidad y el apoyo mutuo es lo que permite que no exista la sensación de estar solos ante una sociedad que desprecia la familia e intenta destruirla.
Para finalizar, el P. José Manuel Daza, Párroco de San Juan Bautista, señaló que la sociedad ya no ataca a Dios, sino al ser humano por medio de la familia. Sabe que destruyendo la familia destruye a la persona y que una persona desesperada no puede conservar la fe y comunicarla a los demás. Agradeció al ponente y al público su presencia, terminando el acto con un aplauso lleno agradecimiento.