(Actuall) El prelado explica en declaraciones al Catholic Herald que «Boko Haram podría desaparecer pronto, sobre todo gracias a las oraciones de la gente». Y es que el obispo nigeriano inició una campaña con la que pedía a los cristianos que rezasen juntos el rosario para defenderse del terrorista.
En 2014, monseñor Doeme afirmó que durante una eucaristía tuvo una visión de Jesucristo en la que le entregaba una espada y que tan pronto como él la recogió se convirtió en un rosario. En ese momento escuchó: «Boko Haram se ha ido».
El obispo Doeme interpretó esta visión como una invitación para difundir la devoción hacia el rosario y diariamente realizaba procesiones en la diócesis, en escuelas, hogares y demás parroquias.
Desde entonces, el prelado afirma que el grupo terrorista ha sufrido numerosas derrotas y recuerda que, en diciembre, el presidente de Nigeria Muhammadu Buhari, afirmó que Boko Haram había sido «técnicamente derrotado» porque ya no eran capaces de montar los mismos ataques, y muchas personas que habían sido desplazadas por ellos volvían a sus antiguos barrios.
Monseñor Doeme cuenta que su campaña del rosario «ha funcionado de maravilla, y ha liberado a las naciones» y pone el ejemplo de que fue así tanto en la batalla de Lepanto en 1571, cuando fue derrotado el Imperio Otomano, y en las islas Filipinas en 1986 cuando el presidente Marcos fue destituido.
El obispo cree fervientemente que Cristo se le apareció hace dos años «para consolar a mi pueblo, y recordarme que su madre está ahí para nosotros», y por ello considera que el pueblo de Maiduguri se animó con su visión.
«El rosario en última instancia, nos dará la victoria sobre el mal. Boko Haram es el mal, el Estado Islámico es el mal. Por lo tanto, siempre y cuando vayamos a un lugar con su madre, especialmente con el rezo del rosario, que es la mayor forma de mostrar la devoción mariana, saldremos victoriosos», cuenta el prelado.
Nigeria, un país con gran persecución religiosa
La zona de Maiduguri ha sido el epicentro de los ataques de Boko Haram y es que aunque la Constitución establece la libertad religiosa hay una gran presión sobre los cristianos que se encuentran en Nigeria, especialmente en el norte.
Ahí es donde Boko Haram, el grupo terrorista que se ha subordinado al Daesh, ha sembrado el terror. En especial en Borno, cuya capital es Maiduguri y de la que más de 80.000 católicos han sido desplazados por los ataques y más de 25 sacerdotes y 45 monjas han tenido que huir.
Ahora, muchos de los desplazados están regresando, y el obispo Doeme explica que el cuidado de los repatriados es un reto mucho más grande que la violencia terrorista, ya que muchas casas, cultivos y ganado han sido destruidos por Boko Haram en los últimos años.